Impregnada en prácticamente todas las culturas del mundo y raíz de casi todo conjunto de creencias religiosas,  es que algo inmaterial,  llámese Alma o Espíritu, sobrevive a la muerte del cuerpo. Esto ha derivado en un gran número de doctrinas y creencias tales como la inmortalidad del alma, el espiritismo, la reencarnación, el purgatorio, invocar espíritus de muertos, los tormentos eternos del infierno, etc.
En general, "el alma" se concibe como un principio interno, vital y espiritual, fuente de todas las funciones físicas y en concreto de las actividades mentales. La creencia en alguna clase de alma que puede existir independiente del cuerpo se encuentra en casi todas las culturas y religiones conocidas, y evidentemente también se encuentra en las creencias de algunas iglesias cristianas modernas y que supuestamente se guían por las sagradas escrituras. 
Esta creencia afirma que el ser humano tiene dentro de sí mismo una especie de consciencia con cuerpo inmaterial que continúa viviendo después de la muerte física. Es como si  el hombre viviere dentro de un cascaron llamado cuerpo; cuando este cascaron se deteriora y muere entonces el supuesto hombre interno, al que llaman ¨alma¨, queda libre y continua viviendo una vida inmortal. Por tanto lo que postula el 99 punto 9 por ciento de todas las religiones del mundo, incluyendo la moderna cristiandad;  es que en realidad la muerte nunca ha existido, ya que, supuestamente, lo que muere es el cuerpo, pero el alma, (el hombre interior o entidad espiritual), queda con una vida sin fin.
Muchos piensan que la persona que muere, si se ha portado bien, va INMEDIATAMENTE al cielo, al paraíso o a algún lugar espiritual de deleite y paz; caso contrario, si se ha portado mal; va INMEDIATAMENTE al infierno, un lugar de tormentos conscientes, donde esas supuesta alma en pena es torturada por el fuego, los gusanos y los demonios POR TODA LA ETERNIDAD SIN PODER MAS MORIR. Otros afirman que las personas que mueren, pero no han sido tan malas, van a un lugar llamado purgatorio, donde a través del fuego son limpiadas para luego ir
al paraíso, mientras tanto que en la tierra los familiares de ese difunto que está en el purgatorio pueden ayudar a esa alma a salir más rápido de ese lugar a través de rezos y pagos por misas
 Otras religiones sostienen que después de la muerte se reencarna en otro ser que nace, superior o inferior de acuerdo a como ha vivido su karma antes de morir. 
Hay un sin fin de doctrinas religiosas que coinciden con una idea fundamental;  ¨Hay algo dentro de nosotros que es inmortal, que sigue viviendo cuando uno muere.” Ese algo dicen que es el alma.
La realidad es que la distancia que separa a la verdadera enseñanza bíblica sobre la vida y la muerte en contraste del conjunto de enseñanzas comunes a través de la historia y de toda cultura que existe, es la más poderosa validez para no dudar de su absoluta veracidad, y así guiarnos a la verdad; ya que las sagradas escrituras postula algo muy diferente a las creencias populares y culturales de todos los tiempos, inclusive algo muy diferente a lo creen y enseñan  la gran mayoría de lideres eclesiásticos que componen la moderna cristiandad.
Por tanto debemos preguntarnos: ¿Qué dice la biblia sobre este tema? ¿Existe dentro del ser humano un alma inmortal? ¿El ser humano continúa viviendo inmediatamente muere? ¿Por qué casi todas las religiones del mundo afirman que existe el alma inmortal dentro del ser humano? ¿Existe en realidad un lugar de tormentos llamado infierno?.
  CAPITULO 1: EL ALMA NO ES INMORTAL, YA QUE: EL HOMBRE MISMO ES UN ALMA.  Para poder conocer si existe dentro del ser humano un alma inmortal o no, lo primero que tenemos que analizar es cuál era el estado de existencia de Adán y Eva cuando Dios los creó; ya que ellos son el reflejo primordial de toda la raza humana. Este es el relato bíblico: 
‘’Entonces Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. ’’ Génesis 2: 7.
En este breve versículo encontramos muchas de las respuestas que necesitamos para poder saber y entender en que consiste el verdadero estado del hombre desde su misma creación. Lo primero es que Adán no tenía existencia alguna antes de que Dios lo creára del polvo de la tierra. Adán no estaba vivo en el ámbito espiritual en forma de alma inmortal, o espíritu con conciencia, para luego Dios meterlo dentro del cuerpo de barro; la realidad es bien simple: Adán llegó a tener existencia solo después que Dios soplara el aliento o hálito de vida en el cuerpo de barro. Esto debemos tenerlo bastante claro desde el mismo principio de este estudio.
 ¿Cuál fue el resultado de la combinación del cuerpo de barro y el hálito, (espíritu), de vida dado por Dios?; el pasaje dice: y fue el hombre un ser viviente.
En algunas traducciones bíblicas la palabra ser viviente se traduce muy correctamente como: alma viviente. Lo que la Biblia enseña es que el hombre es un ALMA VIVIENTE gracias a la combinación del cuerpo y el espíritu. Es decir: cuerpo + espíritu = Alma viviente.
El primer hombre, Adán, llegó a ser, según las Escrituras hebreo araméas; un alma viviente (ne-phesh en hebreo), es decir, una persona viviente: solo después que Dios le proporcionó el aliento de vida, (ruaj en hebreo), al cuerpo de polvo. No dice el texto que se le haya dado un alma inmortal o que se le haya introducido una psique, (¨alma¨ en griego), que vivía de forma invisible dentro de Adán.
En 1 Corintios 15:45 el apóstol pablo certifica esto de la siguiente manera: 
“Así también está escrito: ‘’El primer hombre Adán vino a ser alma viviente.’’
Aquí las Escrituras Griegas Cristianas concuerdan con las Escrituras Hebreas en cuanto a lo que es el alma bíblica. Al comparar estos versículos nos damos cuenta que el apóstol Pablo traduce ser viviente por alma viviente, en otras palabras ser viviente y alma viviente son sinónimos. Esto también da a entender que la vida de Adán comenzó exactamente en ese momento.
Dios formó al primer hombre del polvo de la tierra y para darle vida, (aliento o espíritu), Dios sopló en el hombre lo que la biblia llama espíritu de vida o aliento de vida; es decir: energía vital, (RUAJ en hebreo). Esto quiere decir que antes de ese soplo de Dios este primer hombre llamado Adán no estaba vivo, (no existía), en ninguna parte. Cuando el aliento o espíritu de vida entró dentro del hombre hecho del polvo entonces este se convirtió en un alma viviente o ser viviente; esto quiere decir que el ser humano en realidad no tiene un alma dentro de sí; en realidad:  las sagradas escrituras afirman que  el hombre mismo es un alma. Esto lo certifica un hombre sabio llamado Job; Leámoslo: 
‘’El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del omnipotente me dio vida... de barro fui yo también formado’’. Job 33:4-6.
Vemos aquí la presencia de tres elementos: Tierra, espíritu de vida y ser viviente. Ser o alma viviente;  es el resultado de la unión de los otros dos. Veamos la siguiente ecuación:
 Tierra + soplo de vida = Ser viviente.
Cuerpo + espíritu = Alma viviente.
Soma + Pneunma = Psique (en griego).
El alma es la persona misma, y esto lo vamos a demostrar con las mismas sagradas escritras. En 1 Pedro 3:20; con relación al alma bíblica dice:
“En los días de Noé… unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua.” Noten que este pasaje identifica a las personas completa con el alma.
En Josué 11:11 también aclara una característica del alma bíblica:
“Se pusieron a herir a filo de espada a todas las almas  que había en ella.”
Notemos aquí que el alma bíblica, es algo que se podía tocar con la espada, por lo que las almas de ese texto no podrían haber sido espíritus.
Además, observamos el uso de la palabra alma en el sentido de persona en romanos 13:1, que exhorta: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores”, Este versículo no ofrece ningún indicio de que el alma sea algo inmaterial que sobreviva al cuerpo inmediatamente este muere; sinó que especifica que el alma es la persona misma.
Debemos entender algo muy importante; no es el alma lo que da la vida, en realidad es el halito de vida o espíritu que Dios puso en el hombre. Ya lo dijo el mismo Jesús en el siguiente pasaje bíblico:
‘’El espíritu es lo que da vida; la carne para nada aprovecha. Juan 6: 63.
Ese espíritu o aliento de vida no es una entidad que sigue consciente después de la muere; sino que es simplemente la energía vital que da vida al cuerpo de polvo. Esto es precisamente lo que enseña el apóstol Santiago, es decir; que es el espíritu o aliento de vida lo que mantiene al ser humano con vida y no una supuesta alma inmortal, vamos a leerlo:
‘’Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta’’. Santiago 2: 26.
El siguiente versículo es la confirmación de lo que venimos hablando:
‘’Si Dios pensara en retirarnos su espíritu, en quitarnos su hálito de vida,  todo el género humano perecería, ¡la humanidad entera volvería a ser polvo!’’. Job 34: 14-15.
Cuando hablamos del cuerpo de  'polvo', algunos se preguntan: ¿como pudiera ser, que de algo tan sencillo se hiciera algo tan complicado, como lo es el cuerpo humano? ¿No tendría que ser este 'polvo' algo especial?.  Y aquí la ciencia moderna realmente nos ha dado una ayuda, al reducir toda cosa existente a unos 120 elementos fundamentales, como lo son el helio, hidrogeno, oxigeno, nitrógeno, carbono, etc... y todo lo que está hecho, está hecho de los mismos elementos. Así que cuando recogemos un poco de polvo en nuestras manos, o un terruño, aunque sea difícil creerlo, el terruño y la mano están hechos de los mismos materiales, solo que en diferentes proporciones, y no diferentes estructuras.
Ciertamente el alma (que es la persona misma) muere; no es inmortal: la misma boca de Dios lo confirma de la siguiente manera: 
‘’He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.’’ Ezequiel 18:4. 
También debemos preguntarnos: 
¿Qué hay de los animales? ¿También son almas? Pues bien, observemos cómo describe la Biblia la creación de los animales en el libro de Génesis: en el quinto día creativo  ¨Dios pasó a decir: Enjambren las aguas un enjambre de seres  vivientes (almas vivientes). Luego Dios ordenó: Produzca la tierra seres (almas) vivientes según sus géneros, animal doméstico y animal moviente y bestia salvaje de la tierra según su género (Génesis 1:20- 24). Por ello,
tanto los seres humanos como los animales son almas; esta es la forma en que lo afirma la biblia:
Dice en Eclesiastés 3: 18-20 de la siguiente manera: ‘’Pensé también con respecto a los hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que son como los animales. Los hombres terminan igual que los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es absurdo,  y todo va hacia el mismo lugar. Todo surgió del polvo, y al polvo todo volverá.’’
Eclesiastés 3:19-21 dice: “Hay un suceso final con respecto a los hijos de la humanidad y un suceso final con respecto a las bestias, y ellos tienen el mismo suceso final. Como muere el uno, así muere la otra; y todos ellos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. Todos están yendo a un solo lugar’’. 
Debido a que la muerte entro al mundo a traves de Adán, todos los humanos morimos y regresamos al polvo, al igual que los animales; ya que ‘’la paga del pecado es la muerte’’. En el relato del diluvio podemos ver que en aquella gran destrucción mundial no hubo diferencia entre los animales y los seres humanos, es decir: tanto Dios como la muerte trató a todos por igual sin hacer ningún tipo de diferencia; Leámoslo: 
‘’Así murió todo ser viviente, (alma viviente), que se movía sobre la tierra: las aves, los animales salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el suelo, y todo ser humano.  Pereció todo ser que habitaba la tierra firme y tenía aliento de vida.  Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente, desde los seres humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la faz de la tierra. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca’’. Génesis 7: 21-23.
Vemos entonces que todos los seres creados en esta tierra viven por la voluntad y el poder de Dios. Son receptores dependientes de la vida o el aliento que le da Dios. Desde el sublime ser humano, hasta el ser animado más humilde, todos son renovados por la Fuente de la vida que emana de Dios. Su Espíritu o aliento es el que nos hace vivir, por lo tanto ahora es más fácil entender lo que es la muerte: la inversa de la vida; esto es lo que afirma las escrituras cuando un hombre muere:  ‘’Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dió’’: Eclesiastés 12:9. Observen en este pasaje como se dice bien claro que el hombre que muere regresa al polvo, y el espíritu o halito de vida regresa a Dios, es decir: el aliento de vida que le da vida al cuerpo de polvo se funde en el poder de Dios. No es un espíritu consciente lo que regresa a Dios, sino simplemente es el halito o espíritu de vida, el viento o aire, que le da vida al cuerpo, lo que regresa a Dios.
Es por esto que debemos preguntarnos: ¿Qué sucedería si Dios decidiera la extinción de todos los seres vivientes y retirara su aliento o espíritu de vida de los seres humanos?: observe ahora la respuesta bíblica: 
‘’Escondes tu rostro, se turban: les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo”. Salmos 104:29. Observen en este pasaje como queda claro que si Dios le quita el aliento de vida al ser humano, este deja de ser y regresa al polvo, es decir: deja de existir: no sigue vivo en ningún otro lugar, ni mucho menos se convierte en un ¨alma inmortal¨.
Los defensores de la doctrina de la inmortalidad del alma postulan que en realidad el alma no muere: que lo que muere es el cuerpo: pero vemos que las sagradas escrituras no dan ningún tipo de apoyo a tal creencia. Por ejemplo En Ezequiel 18:4, 20 el Señor dice que ‘’el ALMA que peque, esa morirá’’. Ya sabemos que el alma es la persona completa: por tanto ese pasaje de Ezequiel es de una claridad irrefutable: el alma es mortal. Es tan así que el hombre no puede de ninguna manera ganar la pelea con la muerte cuando esa hora le toca; esto es lo que afirma las escrituras; Leámoslo: 
‘’No hay quien tenga poder sobre el aliento de vida, como para retenerlo, ni hay quien tenga poder sobre el día de su muerte’’. Eclesiastés 8: 8.
Es cierto que hay pasajes bíblicos en los que se menciona que el alma sale del cuerpo o regresa a él. Por ejemplo cuando la Biblia explica que Raquel murió al dar a luz, lo hace con estas palabras: “Al ir saliendo el alma de ella (porque murió), lo llamó por nombre Ben-oní; pero su padre lo llamó Benjamín” (Génesis 35:18). Y al referirse a la resurrección del hijo de una viuda, 1 Reyes 17:22 dice: “Ieve  escuchó la oración de Elías, de modo que el alma del niño volvió dentro de él, y llegó a vivir”. ¿Cómo podemos explicar estos textos? Pues es sencillo, recordemos que uno de los significados de la palabra alma es ¨vida¨. Por lo tanto, el alma o vida de Raquel iba saliendo de ella en el sentido de que su vida se estaba extinguiendo. De hecho, algunas Biblias expresan el sentido de la frase ¨al ir saliendo el alma de ella¨ con otras palabras; por ejemplo, “escapándosele ya la vida” (Biblia del nuevo milenio) o “con su último aliento’’. Aquí tienen el ejemplo de la versión bíblica lenguaje actual: ¨ El niño Nació bien, Pero Raquel ESTABA A punto de Morirse.¨ De modo similar, en el caso del hijo de la viuda, fue su vida lo que volvió a él después de la oración de Elías, (1 Reyes 17:23). 
O sea que la muerte es expirar; observen las raíces griegas de esta palabras en español: ex - fuera, spiros - respiración, aliento; en pocas palabras: sin aliento. Así que hasta nuestro idioma reconoce que la muerte viene cuando el aliento sale. No hay en el hombre una parte espiritual que sobreviva a la muerte del cuerpo, ya que cuando llega la muerte hasta los pensamientos desaparecen.
Salmos 146:4 dice:
“Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.”
La palabra hebrea que se traduce espíritu aquí es un derivado de ruaj. Algunos traductores la vierten aliento. Cuando esta ruaj —o fuerza vital activa— sale del cuerpo, los pensamientos de la persona perecen; no continúan en otra región o esfera.
Veamos el comentario que he extraído del interesante libro escrito por Tito Martínez:  ‘’El espíritu no es la persona (el alma), sino la energía que da la vida a la persona. Sería algo así como la energía eléctrica que hace funcionar los aparatos eléctricos. Cuando no hay energía, el aparato no funciona. De igual forma, el cuerpo sin el espíritu está muerto, inactivo,
(Santiago 2:26). Cuando morimos, el cuerpo vuelve al polvo de la tierra de donde fue hecho, y esa energía o espíritu vuelve al Señor que la dio, (Eclesiastés 12:7), entonces el alma muere, (Ezequiel 18:4,20), y dejamos de existir, hasta el día de la resurrección. ¡En ningún caso es el alma lo que vuelve al Señor, sino el espíritu!. Observe que el espíritu no desciende al Hades o Sheol, sino que vuelve al Señor que lo dió. Por lo tanto, los que enseñan que en el Hades hay espíritus humanos: ¡están mintiendo! La Biblia no dice por ninguna parte que en el Sheol, (Hades), existan espíritus humanos. Los patriarcas sabían que los muertos descendían al Sheol (Génesis 37:34-35), es decir, al reino de los muertos, en el interior de la tierra. ¡Dicho lugar no estaba en un "más allá", sino debajo de la tierra! En las Escrituras no se dice por ninguna parte que el Sheol se encuentre en un "más allá". El Sheol o Hades siempre están en el interior de la tierra, donde van a parar los muertos que son sepultados. La Biblia no dice por ninguna parte que en el Sheol existan personas vivas, ¡¡ahí solo moran los cadáveres de los fallecidos!!, ya que se trata del reino de los MUERTOS, ¡no de los vivos! El Sheol o Hades no son un sepulcro individual, sino el reino de los muertos, siendo el sepulcro el símbolo físico. El sepulcro es la puerta por la que se entra al reino de los muertos, el Sheol (Hades). Jesús dijo que esas "puertas" del Hades no prevalecerán contra su Iglesia (Mateo 16:18), En otras palabras, los sepulcros no podrán contener para siempre a los cristianos muertos, ya que estos resucitarán y vencerán a la muerte y el Hades’’. (1Corintios 15:51-55). (Las 21 tesis de Tito).
La Palabra de Dios contesta que no hay nada que los humanos tengan como resultado del nacimiento que, al morir, los haga superiores a las bestias. Sin embargo, debido a la provisión misericordiosa de Dios mediante Cristo, a los humanos que ejercen fe se les ha ofrecido la perspectiva de vivir para siempre. Para muchos de la humanidad esto se realizará mediante la resurrección, cuando la fuerza vital activa, (halito o espíritu de vida), procedente de Dios les imparta vigor de nuevo en un nuevo cuerpo; entonces el hombre volverá a ser nuevamente un alma o ser viviente; pero en este caso inmortal: no morirá jamás. 
El salmo 104 hablando de la dependencia que tiene todo lo creado a su creador afirma que todo ser viviente vive por el halito  o aliento de vida dado por Dios; por tanto cuando este espíritu o halito de vida es quitado todo regresa al polvo; tanto en los humanos como en cualquier ser viviente (animales); Leámoslo: 
‘’Todos ellos esperan en ti, que le des alimento a su tiempo.  Tú les das, y ellos recogen; abres la mano, y se colman de bienes. Si escondes tu rostro, se aterran; si les quitas el aliento, mueren y vuelven al polvo.  Pero si envías tu Espíritu, son creados, y así renuevas la faz de la tierra.’’ Salmos 104: 27-30.
El apóstol Pedro citó de los escritos de Moisés acerca de Jesús y dijo: 
“En verdad, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruida de entre el pueblo.” (Hechos 3:23). 
En consistencia con esta verdad fundamental, ni una sola vez en todos sus versículos dice la Biblia que las almas humanas o las almas animales sean inmortales, imperecederas, que no puedan ser destruidas ni morir; en realidad no existe en toda la biblia la frase alma
inmortal. Sin embargo, hay docenas de textos bíblicos que muestran que el alma puede morir o ser muerta. (Levítico 23:30; Santiago 5:20). Hasta de Jesucristo la Biblia dice: 
“Derramó su alma hasta la mismísima muerte.” (Isaías 53:12). 
Aquí les pongo un interesante comentario del hermano Tito Martínez: ‘’Si el alma fuera inmortal, Jesús HABRÍA MENTIDO. Jesús dijo que vino para dar su ALMA, (su vida), en rescate de muchos: " Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida (alma) en rescate por muchos." (Marcos 10:45). La palabra griega traducida por "vida" es psique, que también es traducida por ALMA. El alma es el ser vivo, la persona. Ahora bien, si el alma fuera inmortal, ¡¡entonces Jesús no habría dado su alma o vida en rescate!!, es decir, NO HABRÍA MUERTO, y no existiría la redención por su sangre. Por lo tanto, la doctrina de la inmortalidad del alma es absolutamente diabólica, ¡es un ataque frontal contra el Evangelio!, sin embargo, es una doctrina enseñada por la inmensa mayoría de aquellos que se hacen llamar "cristianos". Fue el diablo quién engañó a Eva, diciendo que, si pecaban, no morirían, es decir, serían inmortales, (Génesis 3:4).La doctrina de la inmortalidad del alma la originó hace milenios el propio Satanás. Esta mentira diabólica se propagó por todo el mundo, y hoy la enseñan miles de falsos profetas y de falsos maestros que se hacen pasar por ministros del CRISTO, pastores y evangelistas. Muchos "maestros de la Biblia" enseñan que el alma no resucita, porque ellos dicen que no muere, sin embargo, la palabra de Dios dice que el alma muere, por tanto, resucita. Por eso es que, en Apocalipsis 20:4 leemos que Juan vio las almas de los mártires cristianos resucitadas: "Y vi las ALMAS...y  volvieron a vivir, (resucitaron), y reinaron con Jesús mil años". Por lo tanto, es el ALMA, la persona, lo que resucitará, porque el alma MUERE. Observe bien, si los muertos volverán a vivir cuando resuciten, significa que ellos no están vivos en ningún lugar. Si los muertos ya estuvieran vivos, entonces no tendría sentido que la Escritura diga VOLVIERON A VIVIR, si ellos ya están vivos, ¿para qué van a volver a vivir? Los muertos volverán a vivir (resucitarán) porque ahora no están vivos en ningún sitio. Jesús dijo bien claro que los muertos vivirán, ¡en tiempo futuro! "Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque esté muerto, VIVIRÁ" (Juan 11:25), si los muertos ya estuvieran vivos en un "más allá", entonces Jesús NUNCA habría dicho esas palabras, sino que habría dicho algo como esto: "el que cree en mi, aunque esté muerto, no está muerto de verdad, sino que sigue vivo en el más allá". Por lo tanto, los "cristianos" que enseñan la doctrina de la inmortalidad del alma, es decir, la doctrina de que el alma sobrevive a la muerte, NO SON verdaderos cristianos, o simplemente han sido engañados por el diablo. La Biblia dice bien claro que los muertos duermen en el polvo de la tierra (Daniel 12:2, Juan 11:11, Hechos 7:60, 1Corintios 11:30, 15:20, 1Tesalonicences 4:13-14, 5:10), y, como ya hemos visto, es la persona quien duerme en el sepulcro, ¡¡no solamente su cuerpo!!. La palabra de Dios lo que hace es utilizar el símil de la dormición para enseñar que los muertos resucitarán con toda certeza. Cuando dormimos, despertamos después. De igual forma, cuando alguien muere, que tenga la seguridad de que Dios le despertará el día de la resurrección. Es interesante saber que, para Dios, los muertos no duermen, sino que viven (Lucas 20:38), ¿por qué? por la sencilla razón de que Dios ve el futuro, y, por tanto, él ve a todos los muertos resucitados y vivos (Lucas 20:35-37).’’ (Las 21 tesis de tito. COM).
Vemos, pues, que el alma humana es la persona misma, y cuando la persona muere, es el alma humana lo que muere.
Por lo tanto; la biblia demuestra con suma claridad que los muertos están inconsciente  en la muerte; Leámos varios pasajes que lo certifican: 
1. Los muertos nada saben: "Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben..." Eclesiastés 9:5.
2. Mueren sus sentimientos. "También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol...porque en el Seol [sepulcro], adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría." Eclesiastés 9:6, 10.
3. Perecen sus pensamientos. "Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos." Salmos 146:4.
4. No saben nada, ni de sus seres más queridos. "Sus hijos tendrán honores, pero él no lo sabrá; o serán humillados, y no entenderá de ello." Job 14:21.
5. Ni siquiera alaban a Dios. "No alabarán los muertos al SEÑOR, ni cuantos descienden al silencio." Salmos 115:17. (Algunos evangélicos pentecostales predican la mentira de que el cristiano que muere pasa de forma inmediata al cielo a ‘’alabar y exaltar a Cristo’’).
6. La muerte no hace diferencia entre sabios y necios, Buenos y malos.   ‘’Pues nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido, y lo mismo mueren los sabios que los necio’’. Eclesiastés 2:16.
7. Es por esto que Dios tiene misericordia; porque El sabe que somos polvo.  ‘’Tan compasivo es el SEÑOR con los que le temen como lo es un padre con sus hijos.  Él conoce nuestra condición; sabe que somos polvo``. Salmos 103:13-14.
8. Los muertos duermen.  "Mas el hombre morirá... ¿y dónde estará él? ... hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño". Job 14:10-12.
Lázaro estuvo 4 días muerto en el sepulcro. Jesús comparó la muerte de lázaro con el sueño cuando dijo: ‘’lázaro duerme’’, cuando los demás discípulo escucharon esas palabras dijeron: ‘’si duerme, entonces se va a sanar’’, pero Cristo les especifica que en realidad lázaro estaba muerto. Simplemente Jesús comparó la muerte con la inconsciencia del sueño. Cuando maría le reprocha a Cristo por la muerte de lázaro Jesús le dice: ‘’yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque este muerto; vivirá’’. Note que la palabra vivirá esta en tiempo futuro: por tanto maría, como todos los judíos, entendió que Cristo se refería a la resurrección de los muertos al final de los días; lo cual es correcto. La palabra vivirá también deja claro que lázaro no estaba vivo en ninguna otra parte en forma de alma o espíritu inmortal. Entonces el señor Jesucristo, para que todos supieran que  él era el comisionado por Dios para devolverle la vida a los muertos, va a la tumba y, en alta voz, Dice: ‘’lázaro, sal fuera’’: y el muerto resucitó; es decir: volvió a vivir. Como podemos ver Jesús llamó a lázaro, el cual estaba muerto. Ese muerto estaba en su tumba, es decir: no se encontraba en otro sitio vivo en forma de alma inmortal. Lázaro  no regresó del más allá, ni vino del paraíso ni  del cielo a meterse en el
cuerpo que estaba en el sepulcro. Simplemente Cristo dijo la palabra y Dios activó el ruaj (energía vital) regenerando de esta forma el cuerpo de lázaro. Imagínense que lázaro hubiera estado vivo en forma de alma inmortal en algún paraíso espiritual antes que Cristo lo resucitara; seguro que hubiera dado el gran testimonio para que esa experiencia quedara registrada como enseñanza para los creyentes. Además; si lázaro hubiera estado en algún paraíso seguro que se hubiera enojado con Cristo por sacarlo de ese lugar de delicia para traerlo de nuevo a pasar aflicciones en este mundo. La verdad es que lázaro no dijo nada de eso porque él estuvo en la inconsciencia de la muerte por 4 días, y así se hubiera quedado por milenios, hasta en día de la resurrección, si Cristo no lo hubiese llamado de vuelta a la vida en ese momento. (Leer Juan capitulo 11).
Únicamente Dios es el único que puede darle vida al género humano: y esa vida el la da a través de Jesucristo. Es por esto que debemos obedecer al señor en todo, y perseverar hasta el final.
 ‘’El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad.’’ Romanos 2:6-7.
 
 El hombre debe de buscar la inmortalidad ya que naturalmente no la posee, el único que tiene inmortalidad es Dios el padre: 
 
‘’El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible y a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A él sea la honra y el imperio sempiterno. Amén’’. 1 Timoteo 6:16.
Por lo tanto; la definición bíblica de alma es sencilla y coherente: designa a un ser humano, a un animal o a la vida que hay en ellos.
Llegamos a la conclusión bíblica de que el alma es el producto resultante de la unión del espíritu o energía de vida dado por Dios con el cuerpo de polvo;  y la muerte es la ausencia del espíritu o hálito de vida del cuerpo; es lo contrario a la vida. Cuando el ser humano muere esa energía vital regresa a Dios y el cuerpo se desintegra y se convierte nuevamente el polvo. Ese ruaj o espíritu de vida no tiene conciencia; sinó que se funde en el poder de Dios como un archivo o testimonio de quien era esa persona: es por eso que Dios conoce a todos los que han muerto. Todos los muertos permanecen en sus sepulcros hasta el día de la resurrección.
Ahora que conocemos esto debemos preguntarnos: ¿de dónde surge la doctrina de la inmortalidad del alma y de los tormentos eternos del infierno?.
La respuesta bíblica esta en el siguiente capítulo

Dios le dijo a Adán que el día que desobedeciera, comiendo del árbol de la ciencia del bien y el mal, ciertamente iba a morir. Pero hubo otra opinión que fue susurrada a los oídos de Eva, compañera de Adán: "No moriréis" , le dijo aquella vos (Génesis 3:4), en contraposición al claro y preciso mandato de Dios. Y a pesar de que la tierra esta llena de cementerios y tumbas que prueban la afirmación divina, existe aún en el hombre la idea de una inmortalidad a pesar de todo; bajo los mismos términos que le fueron susurrados a Eva: "No morirás", pese a todo lo que hagas en tu vida. Esa opinión fue derivando en muchos conceptos y doctrinas con los cuales se ha bombardeado la sensibilidad de las personas doloridas por la pérdida de algún ser querido. Se divulgan por medio de películas, folletos, sectas y credos que defienden las teorías de la reencarnación, los tormentos del infierno, el purgatorio, el contacto con los muertos y el culto a los espíritus. Todas estas tienen una raíz común: la creencia de la inmortalidad del alma que es lo mismo que espiritismo; todo esto esta fundamentado en las palabras de aquel que le habló a Eva diciéndole: ‘’no moriréis’’.
¿Quién le dijo a Eva que nunca morirían aunque desobedecieran a Dios?. El apóstol pablo da la siguiente respuesta:
‘’pero temo, que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. ’’ 2corintios 11: 3.
Notamos que quien le dijo a Eva que nunca morirían (doctrina de la inmortalidad del alma y el fundamento del espiritismo), según el apóstol pablo, fué la serpiente. Pero debemos preguntarnos:  ¿Quién es esta serpiente?. En el libro de apocalipsis 12:9 se habla sobre la identidad de ese ser que habló con Eva en el huerto de Edén; dice:
‘’y fue lanzado el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero’’.
Vemos como la misma biblia identifica a esta serpiente con el dragón llamado diablo y Satanás. El trabajo de este ser es engañar al mundo entero. 
Mientras que Dios le dice al ser humano en su principio ‘’el día que comas de ese árbol ciertamente morirás,’’  luego aparece el diablo diciendo totalmente lo contrario; es decir: no moriréis.
Para nosotros poder llegar al fundamento de la verdad debemos analizar que sucedió con Adán y Eva después que desobedecieron a Dios: ¿murieron o no murieron? ¿Quién tenía la razón: Dios o el diablo?.
Después  que Adán y Eva obviaron el mandato de Dios y comieron del fruto prohibido, Dios viene a hablar con ellos y a emitir el juicio (el castigo) por la transgresión. Lo primero es que Dios castiga a la serpiente y la condena a vivir siempre arrastrándose y a comer polvo hasta el día de su destrucción. Dice la biblia que el hombre es polvo y al polvo va a regresar por tanto la serpiente (Satanás) devora seres humanos de forma espiritual, engañándolos y llevándolos a la destrucción a través del pecado. Es por esto que la palabra de Dios dice que el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar, tal y como se lee en 1 Pedro 5: 8-9. Luego Dios emite juicio en contra de la mujer condenándola a parir con grandes dolores y a vivir queriéndose imponer sobre el hombre, pero este la dominará. Por último Dios emite juicio sobre Adán condenándolo a mantenerse del sudor de su frente en un mundo maldito que va a producir cardos y espinos (leer génesis 3: 8-18).
Si nosotros aplicáramos la idea de la cristiandad católica y protestante a la desobediencia de Adán podemos decir que este, después de muerto, se encuentra vivo en forma de alma inmortal sufriendo el castigo de los sufrimientos eterno del infierno donde, supuestamente, van a parar todos aquellos que mueren en desobediencia y sin el perdón de Dios. Pero ¿le sucedió esto a Adán? Vean la condena de Adán dictada por la misma boca de Dios:
‘’con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás’’. Génesis 3: 19.
Como podemos ver; Dios no condenó a Adán a quemarse sin poder morir en el fuego del infierno por desobediente. Tampoco lo introdujo, después de muerto, en el purgatorio para purificarlo y luego llevarlo al paraíso como creen los católicos; pero tampoco lo perdonó y se lo llevó al cielo después de muerto. La condena que Dios le impuso a Adán no tiene absolutamente nada que ver con ninguna vida inmediata después de la muerte. Antes de Adán recibir el aliento de vida él era simplemente polvo; por consiguiente la condena de Adán consiste en regresar al estado de inexistencia de donde Dios lo había una vez sacado. Esas son las palabras que Dios le pronunció: ‘’polvo eres y al polvo vas a volver’’. Por tanto, desde el día que pecaron, Adán y Eva comenzaron el proceso de degeneración (envejecimiento) que al final les llevó a la muerte. Me gusta mucho la definición que da el gran erudito bíblico Tito Martínez sobre el estado primordial de Adán y Eva; dice:
‘’Debemos entender  que Dios no creó a Adán y Eva inmortales, ni tampoco mortales, sino que los creó en un estado NEUTRO, y luego la mortalidad vino sobre ellos cuando pecaron... esto lo ha estado ignorando totalmente la cristiandad  durante siglos, pero ahora la verdad está siendo dada a conocer de forma clara y sencilla. Lo que hizo Dios es prohibirles el acceso al árbol de la vida, para que no comieran de ese árbol y vivieran para siempre; pues si hubieran comido del árbol de la vida, después de pecar,  entonces Adán y Eva hubieran vivido para siempre y con ellos también el pecado hubiese sido eterno. La serpiente astutamente se adelantó, porque esa serpiente sabía bien claro que si tomaban y comían primero del fruto del árbol de la vida no tendrían la necesidad de comer del árbol del bien y del mal, ya que iban a tener la vida eterna.  Es por esto que Dios los expulsó del huerto de Edén y protegió la entrada con un Querubín y una espada de fuego para que ningún mortal pudiera llegar al árbol de la vida.’ (Foro cristianos bíblicos Gabito grupos).

Leemos en Génesis 3: 22 : ‘’ Y dijo Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. ’’
Como se puede ver, Adán y Eva nunca llegaron a tomar del árbol de la vida, por lo tanto ellos jamás fueron inmortales.
Noten en este versículo que Dios ve al hombre como los dioses (Elohim) porque podían conocer entre el bien y el mal; no porque fueran inmortales como los dioses. Por eso vemos que al final del versículo Dios evita que coman del árbol de la vida para que no puedan vivir para siempre. Por lo tanto; si el mismo Dios ha evitado que vivan para siempre por haber pecado ¿Cómo vamos a creer y tolerar esa falsa doctrina de la inmortalidad del alma?. Si el mismo Dios condenó a Adán a la muerte ¿Cómo vamos a creer, igual que Eva, a la voz mentirosa de la serpiente la cual dijo lo contrario a lo que el Señor dijo?.
Algunos supuestos ‘’teólogos’’  dicen que la mentira de la serpiente consistió en decir que serían como Dios (dioses), eso que dicen es  otra burda mentira, y  lo demostraré de la forma más sencilla. Veamos lo que dijo Dios:
Génesis 3:22: ‘’Y dijo Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.’’
Como se puede ver es el propio Dios quien dijo que el hombre llegó a ser como los dioses, es decir, como Elohim, en el sentido de conocer  el bien y el mal, ¡exactamente lo mismo que dijo el diablo!, Aquí lo tienen:
‘’ Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Génesis 3:45.
 Lo que hizo el diablo es mezclar la mentira con la verdad. La mentira consistió en enseñar que el alma es inmortal, es decir: que ellos seguirían viviendo aunque pecaran (no moriréis), y la verdad consistió en decir que si pecaban serían como Dios, en el sentido de conocer y poder decidir entre el bien el mal. 
Por otra parte; el diablo llamó mentiroso a Dios, diciendo que serían inmortales aunque pecaran, ¡he ahí el inicio de la doctrina de la inmortalidad del alma!, Una mentira satánica que se extendió por toda la tierra y que es predicada por todas las religiones falsas del mundo. Esta es la práctica satánica que durante miles de años el diablo ha estado utilizando para engañar al mundo, y especialmente la utiliza actualmente en el S.I.A. (sistema iglesiero apóstata) para engañar a los cristianos ingenuos que se inclinan por las supersticiones y el espiritismo. El propio Dios dice bien claro que somos como dioses en el sentido de conocer y poder decidir entre el bien y el mal, no en el sentido de  la inmortalidad, sinó en el sentido de conocer el bien el mal. Por tanto la gran mentira de todos los siglos consiste en el ‘’no moriréis’’ que pronunció Satanás cuando en realidad el mismo Dios había dicho que ‘’ciertamente morirían’’. ¿Cuál de los dos tuvo la razón?. Dios le dijo lo siguiente a Adán: 
"el día que de él comieres, ciertamente morirás", el texto lo que dice simplemente es que el día que Adán tomara del fruto de ese árbol prohibido "MORIRÁS", observen que LA PALABRA "MORIRÁS" ESTÁ EN TIEMPO FUTURO, es decir, Adán desobedeció a Dios, pero él MORIRÍA EN EL FUTURO. Ahora bien, resulta que en Génesis 2:7 se dice bien claro que Adán era UN ALMA VIVIENTE, y esa alma MURIÓ a la edad de 930 años, por tanto lo que Dios dijo se cumplió al pie de la letra quedando de este modo Satanás como el vil mentiroso que es. Adán no se fue ni al cielo ni al infierno; tampoco reencarnó en otra persona; mucho menos fue al purgatorio: simplemente regresó al polvo de donde había sido sacado y el aliento de vida que lo mantenía vivo se fundió en el poder de Dios; desde ese día permanece en la inexistencia. Esto es lo que afirma las sagradas escrituras cuando el hombre muere:
“Sale su aliento, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.” Salmos 146:4.
Esta condena de Adán fue traspasada a toda su descendencia, por tanto todos los seres humanos mueren de la misma forma que Adán, eso es exactamente lo que afirma las escrituras griegas cristianas; Leámoslo: 
‘’ Por medio de un sólo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron.’’ Romanos 5: 12.
La serpiente invitaba a una aparente inmortalidad más completa, "con conocimiento del bien y del mal",  Pero nunca dijo nada de sus nefastas consecuencias para el hombre, ni del poder que ejercería lo malo en él, ni cuánto lo corrompería, pues el ser que la propuso, (Satanás), era un ser corrompido desde su mismo principio de creación.
Como hijos de Adán, en nuestro código genético tenemos escrita la muerte lenta de nuestro cuerpo, como resultado de llevar también encima los efectos del mal y del pecado (Pecado, es decir: no imitar a la perfección las cualidades divinas, un estado incompleto; errado o inacabado en cuanto a la finalidad para la que fuimos creados; incumplimiento o desacato a las normas divinas entre el Bien y el Mal). 
"por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios." (Romanos 3:23).
 
"Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6:23).
Note que la vida eterna solamente la han de recibir aquellos que están en Cristo nuestro señor; el día de la resurrección: por el contrario: los malvados solo van a recibir la destrucción eterna, es decir: para siempre dejaran de existir, Leámoslo: 
‘’Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en el Señor, ellos heredarán la tierra.  Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí.  Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz’’.  Salmos 37:9-11.
‘’ Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, Mas los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados.’’ Proverbios 2:21-22.
Luego que Adán y Eva fueron expulsados del jardín de Edén ellos comenzaron a multiplicarse y le nacieron hijos e hijas. La biblia muestra que aunque las personas de ese tiempo Vivian varios cientos de años al final todos morían; solo basta leer todo el capítulo 5 de génesis para darnos cuenta de esa realidad. Veámos solo tres ejemplos de esos pasajes: 
 ‘’Cuando Adán llegó a la edad de ciento treinta años, tuvo un hijo a su imagen y semejanza, y lo llamó Set.  Después del nacimiento de Set, Adán vivió ochocientos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas.  De modo que Adán murió a los novecientos treinta años de edad. Set tenía ciento cinco años cuando fue padre de Enós. Después del nacimiento de Enós, Set vivió ochocientos siete años más, y tuvo otros hijos y otras hijas.  De modo que Set murió a los novecientos doce años de edad.’’ Génesis 5: 3-8.
 ‘’ Matusalén tenía ciento ochenta y siete años cuando fue padre de Lamec. Después del nacimiento de Lamec, Matusalén vivió setecientos ochenta y dos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que Matusalén murió a los novecientos sesenta y nueve años de edad.’’ Génesis 5: 25-27.


Vamos a hacer un breve recuento de como las doctrinas satánicas de la inmortalidad del alma y los sufrimientos eternos del infierno se esparcieron sobre toda la tierra, infiltrándose en casi todas las religiones del mundo, comenzando en el huerto de Edén, que es donde Satanás hace la primera mentira del ¨NO MORIREIS¨, y luego desde babel es de donde esas doctrinas de demonios toman fuerza y aceptación, y luego de allí entra en casi todas las creencias en todo el mundo.
Después del engaño que Satanás le introdujo a la humanidad a través de Eva, es decir; la mentira del no moriréis: la humanidad se corrompió, al punto que la maldad había llenado la tierra. En génesis 6 leemos que ciertos seres llamados hijos de dios, o dioses (Elohim según el texto hebreo original), vinieron a la tierra a tener relaciones con las hijas de los hombres en un acto de fornicación sobrenatural; una abominación. De la unión antinatural de esos dioses que vinieron de las regiones celestes con las mujeres humanas sus hijos nacieron gigantes: unos hombres enormes llenos de maldad. 
Leamos lo que dice génesis 6: 4: 
‘’ Al unirse los hijos de Dios con las hijas de los seres humanos y tener hijos con ellas, nacieron gigantes, que fueron los famosos héroes de antaño. A partir de entonces hubo gigantes en la tierra.’’
Estos gigantes provocaron tanta maldad que el mismo Dios decidió el exterminio de todo lo que existía sobre la tierra, con excepción de Noé y su familia; Leámoslo: 
‘’Al ver el SEÑOR que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal,  se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón.  Entonces dijo: «Voy a borrar de la tierra al ser humano que he creado. Y haré lo mismo con los animales, los reptiles y las aves del cielo. ¡Me arrepiento de haberlos creado!»  Pero Noé contaba con el favor del SEÑOR.’’ Génesis 6: 5-8.
Como podemos ver; la decisión de Dios es destruir a todo el género humano de ese entonces junto con todos los animales. Note que Dios no hace diferencia entre los animales y los humanos cuando envió el diluvio para destruirlos; Leámoslo: 
‘’Así murió todo ser viviente que se movía sobre la tierra: las aves, los animales salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el suelo, y todo ser humano. Pereció todo ser que habitaba la tierra firme y tenía aliento de vida. Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente, desde los seres humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la faz de la tierra. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca.  Y la tierra quedó inundados ciento cincuenta días. Génesis 7: 21-24.
Como podemos ver todos fueron destruidos, borrados de la faz de la tierra; tanto los humanos como los animales tuvieron un mismo final. Es por esto que las sagradas escrituras aseguran que no existe diferencia entre la muerte de un animal y un ser humano: Leámoslo: 
 ‘’Pensé también con respecto a los hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que son como los animales. Los hombres terminan igual que los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es absurdo,  y todo va hacia el mismo lugar. »Todo surgió del polvo, y al polvo todo volverá.’’ Eclesiastés 3: 18-20. (Si postulamos que todos los humanos que Dios destruyó en el diluvio siguen vivos en forma de espíritus inmortales sufriendo el supuesto castigo de los tormentos del infierno; tenemos que decir también que todos los animales que murieron en el diluvio también se encuentran en ese lugar: lo cual es totalmente ridículo).
Sin embargo, esos dioses o elohim que descendieron para ligarse con las hijas de los hombres en actos sexuales contra naturaleza y de extrema fornicación no corrieron la misma suerte que los seres humanos, es decir: no fueron destruidos en las aguas del diluvio. Ellos fueron encarcelados por orden de Dios en un lugar llamado abismo o tártaros hasta el día del juicio. Eso es lo que afirma las escrituras en el libro de judas; Leámoslo:  
‘’ Y a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene perpetuamente encarcelados en oscuridad para el juicio del gran Día.  Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas son puestas como escarmiento, al sufrir el castigo de un fuego eterno, por haber practicado, como aquéllos, inmoralidad sexual y vicios contra la naturaleza. Judas 6-7.
Como podemos ver; el pecado de esos ángeles fue parecido a los actos sexuales antinaturales que cometieron los pervertidos que vivieron en Sodoma y Gomorra. Estas palabras son confirmadas por el apóstol Pedro cuando dijo lo siguiente:
"Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al Tártaro los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio, Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, y trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos. También condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente. ’’ (2Pedro 2:4-6). 
Satanás no esta encerrado en el abismo todavía, ya que en tiempos posteriores al diluvio la biblia certifica que Satanás aun andaba por la tierra (Job 1: 7); y tiene su cuartel generar en cierta regiones celestes del segundo cielo (efesios 6: 12). Pero, según el libro de apocalipsis,  cuando  Cristo venga por segunda vez a destruir el gobierno mundial de la bestia y a rescatar a su pueblo; entonces Satanás va a ser atado por mil años en esa prisión llamada el abismo, según se lee en apocalipsis 29: 1-3. De lo que si estamos bíblicamente seguros es que en este preciso momento los que se encuentran encarcelados en ese lugar llamado el
abismo o tártaro son los ángeles que tuvieron relaciones con las humanas y engendraron gigantes. En ese lugar no existen ni almas ni espíritus de seres humanos.
La palabra hebrea utilizada para definir esa prisión o abismo es la palabra: Tejóm y define a un lugar profundo debajo de la masa de agua del océano. Recordemos que al principio de la creación las aguas cubrían la faz del abismo: por tanto esa prisión llamada abismo se encuentra en el fondo del mar.
Hemos venido narrando toda esta historia para demostrar como Satanás, el gran engañador, ha tomado el significado de aquel abismo donde están presos esos ángeles rebeldes y le ha dado otros significados: uno de ellos es el de un lugar de tormento donde caen las almas supuestamente inmortales de los seres humanos malvados cuando estos mueren. Otras falsas doctrinas derivadas de lo mismo son  El purgatorio, el limbo, la invocación de espíritus familiares, la reencarnación, etc. Veamos como se desarrollaron esas creencias satánicas:
Inmediatamente después del diluvio las personas nuevamente comenzaron a multiplicarse. Nuevamente el diablo incita a los humanos a revelarse contra Dios a través de Ninrot, fundador de babel, es decir: babilonia, según se lee en Génesis 11. La esposa de Ninrot es su propia madre Semiramis: una sacerdotisa dueña de todos los secretos de la religión mistérica de babilonia. Esa mujer era considerada una diosa y la llamaban ‘’reina del cielo’’. Tanto Semiramis como Ninrot eran brujos, sacerdotes y hechiceros al servicio de Satanás. Ellos aprendieron las artes mágicas y la invocación de los demonios. En esa cultura rebelde se comienza a dar el culto a los dioses, la astrología o adoración a los astros, se desarrolla la doctrina de la inmortalidad del alma Y EL ESPIRITISMO en varias connotaciones. Allí nace la idea de la invocación de los espíritus de los familiares muertos, enterrar a las personas junto a sus pertenencias, incluyendo varios esclavos (a los cuales enterraban aun estando vivos), para que puedan ser usados por ese difunto en el más allá. También se creía en la reencarnación, es decir; la transmigración de las almas de un cuerpo a otro una y otra vez cada vez que morían. 
 
Es entonces que muy astutamente Satanás toma la idea del abismo donde están presos los ángeles rebeldes hasta el día del juicio y le da la connotación de un lugar de tormento de fuego lleno de demonios donde van a parar las almas de los perversos pecadores. A ese lugar en la religión sumeria la comenzaron a llamar Abzu. Los sacerdotes babilonios comandado por Semiramis comenzaron a enseñar a las personas que para librar a sus seres queridos de ese lugar de tormentos tenían que honrar a los dioses con ofrendas, regalos, cultos y  sacrificios humanos: de este modo aquellas almas eran supuestamente sacadas de aquel lugar de tormentos y eran llevados al paraíso donde habitaban los dioses. Pero todo era una burda mentira: todas las riquezas adquiridas eran para el uso de los sacerdotes y de los reyes; los cuales les infundían al pueblo ideas de superstición, fabulas y mitos y por esto ellos vivían con gran temor al mundo desconocido del supuesto mas allá. 
Cuando Dios castiga a los moradores de babel confundiéndoles el lenguaje, estos se esparcen por todo el mundo llevando consigo sus creencias babilónicas, con excepción del pueblo hebreo, conocidos como semitas, es decir, descendientes de Sem. La idea babilónica de la inmortalidad del alma, de los tormentos eternos y del espiritismo fue desarrollándose en todas las culturas de la tierra. 
 
 
El infierno mesopotámico:
Unos 2.500 años antes del nacimiento de Jesús; los sumerios y los babilonios creían en un mundo subterráneo que llamaban el país sin retorno. Esa creencia antigua se refleja en los poemas sumerios y acadios conocidos como “La epopeya de Gilgamés” y el “Descenso de Istar al mundo subterráneo”. Istar es la misma Semiramis que gobernaba en babel: también era conocida como la diosa  Isis entre los egipcios, Astarté entre los sidonios, Aserá entre los filisteos, Venus entre los griegos, afrodita entre los romanos y la virgen maría entre los católicos. Los mesopotámicos describen la morada de los muertos como una casa de oscuridad, “la casa de la cual nadie que ha entrado en ella puede salir”.
Respecto a las condiciones que imperan allí, un antiguo texto asirio dice que “el otro mundo está lleno de terror”. El príncipe asirio a quien supuestamente se le concedió ver esta morada subterránea de los muertos testificó que le “temblaron las piernas” por lo que vió. Al describir a Nergal, el rey del mundo subterráneo, el príncipe escribió: “Con un clamor horroroso me gritó airadamente como una furiosa tormenta”.
Religiones de Egipto y del Oriente:
Los egipcios de la antigüedad creían en la inmortalidad del alma y tenían su propio concepto del más allá. The New Encyclopædia Britannica declara: “Los textos funerarios de los egipcios describen el camino al otro mundo como estando lleno de peligros terribles: monstruos espantosos, lagos de fuego, puertas por donde no se puede pasar a menos que se usen fórmulas mágicas, y un barquero siniestro cuya intención malvada hay que frustrar por medios mágicos”. Los sacerdotes egipcios enseñaban al pueblo que si ellos querían sacar a sus familiares muertos de aquél lugar de tormentos tenían que rendir ofrendas en los templos de los dioses; de este modo es que muy astutamente esos sacerdotes se mantenían a costa de la ignorancia y la superstición del pueblo, algo muy parecido a lo que hacían los papistas católicos en la edad media cuando vendían indulgencias para que los sacar del purgatorio las supuestas almas en pena.
Las religiones indoiranias desarrollaron diversas creencias acerca del castigo después de la muerte. Respecto al hinduismo, la Encyclopædia Universalis francesa dice: “Hay innumerables descripciones de los 21 infiernos ideados por los hindúes. Los pecadores son devorados por bestias salvajes y serpientes, asados laboriosamente, mutilados, atormentados con sed y hambre, hervidos en aceite, o pulverizados en recipientes de hierro o piedra”.
El jainismo y el budismo tienen sus propias interpretaciones del más allá, donde se atormenta a los pecadores impenitentes. El zoroastrismo, fundado en Irán, o Persia, también tiene un infierno: un lugar frío y hediondo donde se atormenta a las almas de los pecadores.
Es interesante notar que parece que los tormentos del infierno no son eternos según las creencias egipcia, hindú, jainí, budista y zoroástrica. Según estas religiones, después de un período de sufrimiento, las almas de los pecadores pasan a otro lugar u otra condición, dependiendo del concepto que tenga la religión en particular sobre el destino humano. Sus ideas acerca del infierno son similares al concepto católico del purgatorio ligado con la teoría de la reencarnación.
GRECIA Y ROMA.
 Esta idea de la inmortalidad del alma y los tormentos eternos fue absorbida siglos después por el filósofo platón y fue  propagada por todo el mundo griego y romano siglos antes de cristo. Llamaban Hades a la región de los muertos, y creían que la gobernaba un dios que llevaba ese mismo nombre. Según la mitología a ese dios Le asignaron tres consejeros de Estado; tres amas de gobierno que llamaron las Furias; tres Parcas para hilar, devanar y cortar el hilo de la vida del hombre; y como en la antigüedad cada héroe tenía un perro para que vigilara la puerta de su casa, concedieron a Hades, también llamado Plutón por los romanos, un perrazo con tres cabezas, llamado Cancerbero; en ese reino todo se contaba por tres. Los consejeros de Estado eran Minos, Eaco y Radamanto: uno juzgaba la Grecia, otro el Asia Menor y el tercero la Europa. En el libro Orpheus—A General History of Religions, el erudito francés Salomon Reinach escribió lo siguiente acerca de los griegos: “Una creencia muy popular era que el alma entraba en las regiones infernales después de haber cruzado el río Estigia en la barca del viejo barquero Caronte, quien exigía como pasaje un óbolo [moneda], que se colocaba en la boca del difunto. En las regiones infernales, el alma comparecía ante los tres jueces de ese lugar; si se le condenaba por sus delitos, tenía que sufrir en el Tártaro. Los griegos hasta inventaron un limbo, la morada de los niños que habían muerto durante la infancia, y un purgatorio, donde se purificaban las almas mediante cierto castigo leve”. Según The World Book Encyclopedia, las almas que iban a parar al Tártaro “sufrían tormento eterno”.
En Italia los etruscos —cuya civilización precedió a la de los romanos— también creían en el castigo después de la muerte. El Dictionnaire des Religions comenta: “Los etruscos cuidaban mucho de sus muertos debido al concepto que tenían de las regiones infernales. Como los babilonios, ellos creían que eran lugares de tortura y desesperación para los manes [los espíritus de los muertos]. El único alivio para ellos venía de las ofrendas propiciatorias que hacían sus descendientes”. Otra fuente declara: “Las tumbas de los etruscos muestran escenas de horror que sirvieron de inspiración para las pinturas cristianas del infierno cuando, siglos después, surgió el catolicismo romano”.
Los romanos adoptaron el infierno etrusco y lo llamaron Orco o Infierno. También tomaron de los griegos los mitos acerca de Hades, el rey del mundo subterráneo, y lo llamaron Orco o Plutón.
En roma a aquel lugar de tormento lo llamaban inframundo o infernus (en latín). Todos esos lugares tenían la misma idea babilónica de un lugar de fuego habitado por demonios, dioses malignos, titanes y almas de seres humanos condenados a los tormentos de aquellos seres superiores. 
Los primeros que se burlaron de los infiernos fueron los poetas. Virgilio unas veces se ocupa de ellos hablando seriamente en la Eneida, porque el tono serio era a propósito para su asunto, y otras veces se burlaba de ellos en las Geórgicas. Lo mismo hizo Lucrecio y Horacio, Cicerón y Séneca. El emperador Marco Aurelio raciocina más filosóficamente que los citados escritores. Dice: «El que teme la muerte, lo que teme es verse privado de sus sentidos o experimentar otras sensaciones; pero el que pierde los sentidos no sufre ninguna pena ni miseria alguna, y el que tiene sentidos de otra clase se convierte en otra criatura.» Nada podía replicar a este argumento la filosofía profana. 
Refiriéndose a un supuesto lugar de tormentos después de la muerte,  Cicerón decía públicamente lo siguiente: «No hay ninguna vieja que crea esas tonterías.» Lucrecio confesaba que esas ideas causaban gran impresión en la imaginación del pueblo, y que él se proponía destruirlas. Lo cierto es que en las últimas capas sociales, unos se reían del infierno, pero les hacía temblar a otros; unos conceptuaban fábulas ridículas como el Cancerbero, las Furias y Plutón, y otros ofrecían continuamente ofrendas a los dioses infernales. Algunos filósofos que no creían en la fábula del infierno deseaban sin embargo que esa creencia refrenara al populacho. De esos filósofos fueron TImeo de Locres y el político e historiador Polibio; que decía: «El infierno es inútil para los sabios, pero es necesario para la plebe insensata.»
Sucedía entonces lo mismo que sucede ahora. Tanto los católicos como los modernos protestantes (evangélicos, pentecostales, etc.) están atados a esa creencia supersticiosa de los tormentos del infierno, del cual predican desde los pulpitos tratando de infundir terror en las almas pecadoras para que se arrepientan. Muchos supuestamente vienen a Cristo, no porque fueron convencidos por el espíritu de Dios, sino por el temor de caer en aquel lugar de tormento donde un Dios airado pone en suplicio y torturas a los difuntos pecadores. Por lo tanto, en esas iglesias muchas personas vienen no porque encontraron el amor de Dios, sino para librarse de la furia de un dios trino que es capaz de someter a tormentos eternos en el fuego a todos aquellos que lo desafíen.
Por lo tanto, ha quedado demostrado que la doctrina de la inmortalidad del alma surge en el huerto de Edén, cuando el diablo le dijo a Eva ¨NO MORIREIS¨ (Génesis 3), y luego esas doctrinas perversas hacen su mayor apogeo y crecimiento en Babel (babilonia) en el reinado de Ninrot y Semiramis, y luego de allí esas doctrinas satánicas se esparcieron por toda la tierra, multiplicándose en diferentes conceptos a través de muchas religiones.
LOS ESCRITOS INSPIRADOS DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS NO CREIAN EN LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y EN LOS SUFRIMIENTOS ETERNOS.
Notemos que en la cultura hebrea esta creencia no existía. Por ejemplo: moisés, escritor de los primeros cinco libros de las escrituras hebreas nunca escribió sobre un lugar de tormentos donde los muertos en realidad no estaban muertos, sino que seguían vivos como almas inmortales. Es el mismo moisés quien escribió la historia de Adán y Eva; por tanto la creencia de moisés era que el hombre era un alma viviente por la combinación del cuerpo de barro y el aliento de vida (ruaj en hebreo) dado por Dios; por tanto moisés estaba seguro que el ser humano al morir regresaba al polvo, la inexistencia. 
Alguien que vivió cerca de la época de moisés fue Job Este hombre era tenido como un hombre muy sabio. Job creía que cuando el hombre moría quedaba en la inconsciencia de la muerte, es decir, en la inexistencia; Leámoslo:
"Mas el hombre morirá... ¿y dónde estará él? ... hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño". Job 14:10-12.
‘’ ¿Por qué me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría visto.  Fuera como si nunca hubiera existido, Llevado del vientre a la sepultura’’. Job 10: 18-19.
Pero también Job creía en la resurrección de los muertos, es decir: que un día futuro Dios nuevamente iba a darle vida a los muertos nuevamente; Leámoslo: 
 ‘’Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí’’. Job 19: 25.27.
Es por eso que Job, en medio de su fuerte aflicción, quería ocultarse en el Seol, es decir: en el sepulcro. El quería morir para que luego Dios le devolviera la vida: 
‘’!!Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!’’. Job 14: 13.
En la mentalidad de esos hebreos no existía ni rastro de un lugar de tormento en el Seol. Cristo y sus apóstoles tenían esa misma creencia, es decir: que todos los muertos estaban en los sepulcros hasta el día de la resurrección. Es por esto que Cristo dijo: 
"Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:28-29).
 No hay ninguna indicación en las Escrituras de que se castigue inmediatamente después de la muerte a un alma en un infierno de fuego supuestamente habitado por el diablo y sus demonios; los cuales, supuestamente: disfrutan día y noche torturando esas almas pecadoras por toda la eternidad. Esta doctrina escalofriante provino de las religiones posdiluvianas de Babel, no de la Biblia. La doctrina de la cristiandad sobre el castigo en el infierno se originó de los babilonios primitivos. La idea católica del sufrimiento remediador en el purgatorio se remonta a las religiones primitivas de Egipto y del Oriente. El limbo se tomó de la mitología griega. Las oraciones y ofrendas a favor de los muertos eran prácticas de los etruscos.
Por lo tanto debemos preguntarnos: ¿Cuándo y Cómo se introdujo en las creencias cristiana la idea de la inmortalidad del alma y de los tormentos eternos del infierno?. CAPITULO 3: LA DOCTRINAS FALSAS DE LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y LOS TORMENTOS ETERNOS DESDE BABILONIA A ROMA; DE ROMA AL CATOLICISMO Y DE ALLI A TODA LA CRISTIANDAD APOSTATA. Como dijimos antes: después que Dios confundió el lenguaje de las personas que habitaban en Babel, estos se esparcieron por toda la tierra llevando consigo sus creencias supersticiosas, mitos, fabulas y tradiciones paganas babilónicas. La doctrina satánica de la inmortalidad del alma y los tormentos eternos llegó a roma siglos antes de Cristo. Los romanos creían en el inframundo al cual llamaban infernus; del latín inférnum o ínferus: que significa inferior, subterráneo: la palabra en realidad, en su raíz antigua Y original,  no significa un lugar de tormentos eternos; sino simplemente indica un lugar que esta debajo de otro: por ejemplo: cuando un tren entra a un túnel subterráneo se dice que esta entrando al infierno, es decir: un lugar inferior. Pero los antiguos romanos le dieron una connotación de lugar de tormentos a la palabra latina inférnum.
Cuando el cristianismo comenzó a expandirse por todo el mundo romano muchas creencias paganas comenzaron ser infiltradas al cristianismo. Los apóstoles de Cristo sostenían una verdadera batalla en contra de todas esas herejías. Es por esto que el apóstol Pablo aconsejaba a los cristianos de la siguiente manera: 
"Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos." (Romanos 16:17).
He aquí la razón de por que pablo aconsejaba a los cristianos que se apartaran de todos aquellos que querían meter doctrinas falsas en el cristianismo:
"Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios" 1ª Timoteo 4:1.
‘’Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sinó que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas’’. (2 Timoteo 4:3-4). Una fabula, o mito, es precisamente la creencia supersticiosa de que los muertos seguían vivos en forma de espíritus o almas inmortales después de muertos.
Después de la muerte de los apóstoles surgieron los llamados padres de la iglesia. Algunos de estos nuevos dirigentes de la iglesia estaban influenciados por las creencias griegas o helenísticas traídas siglos antes por el filósofo platón, el cual creía en la inmortalidad del alma y en los dioses en trinidad. También en ese tiempo se levantaron los apologistas; estos eran verdaderos defensores de la verdad cristiana fundadas por Cristo y sus apóstoles. Los apologistas contendían tanto en contra de las falsas doctrinas de los gnósticos como también en contra de las herejías platónicas que estaban introduciendo en el cristianismo algunos dirigentes llamados los padres de la iglesia. La Biblia NO enseña que al morir iremos a vivir en el cielo para estar con la Deidad. Esa creencia provino de los llamados gnósticos (una secta híbrida del judaísmo y del helenismo de los primeros dos siglos de la Era Cristiana). Sin duda Platón (427-347 Antes de Cristo) inspiró a los gnósticos en la creencia de un “alma inmortal” que abandona el cuerpo en ocasión de la muerte física. Platón, el filósofo Griego no cristiano, creyó y enseñó que el hombre tiene un alma inherentemente inmortal que sobrevive a la muerte física. Se sabe que Platón influyó sobre los Padres de la Iglesia como Orígenes. También influenció sobre Agustín de Hipona, principal teólogo del catolicismo (Siglo IV). En la Edad Media el platonismo estuvo en pleno auge en el cristianismo Latino. Platón, a su vez, estuvo influenciado por los Misterios Órficos y de los conceptos pitagóricos y zoroastrianos.
Satanás estaba decidido a corromper el cristianismo. Viendo que la persecución desatada a través de los emperadores romanos no evitaba que los cristianos se multiplicaran; optó por la estrategia de levantar una nueva religión que pareciera cristiana. Es por esto que en el siglo cuarto después de Cristo el emperador romano Constantino decide proclamar el cristianismo como la religión oficial del imperio romano. Constantino nunca fue cristiano: él creía en muchos dioses e introdujo a Cristo en el panteón como un dios más del grupo de dioses. Ese emperador lo que veía era una estrategia política, ya que los cristianos eran muchos y convenía tenerlos como aliados. Este nuevo cristianismo, supuestamente libre de persecución, estaba unido al gobierno romano, es decir; ya el cristianismo no era la novia de Cristo; sino que ahora era la consorte del imperio mundano, convirtiéndose de este modo en una iglesia
ramera. Las creencias romanas que habían venido de babilonia fueron sistemáticamente infiltradas en el nuevo cristianismo. El dios sol que los romanos adoraban en las saturnalias (de donde proviene la falsa celebración tradicional de la navidad católica) le cambiaron el nombre por Jesús. A Semiramis, diosa babilonia, la comenzaron a llamar virgen maría. A Jesús lo redujeron a un pedazo de pan recortado en forma redonda, para darle la forma del dios sol, llamado hostia. La trinidad egipcia (la cual procede de babilonia) que tenía el nombre de Isis, Horus y Seb le cambiaron el nombre por padre-hijo-espíritu santo. Podemos encontrar las siglas o iníciales de la trinidad pagana tanto en la hostia como también en el escudo de la orden más poderosa del catolicismo: la orden jesuita. Toda la autoridad de esa iglesia ramera quedó en las manos de un supuesto vicario de Cristo , una dinastía o secuencia de hombres que a través de los siglos han gobernado la iglesia católica a los cuales los fieles llaman papa, cumpliéndose de esta manera estas palabras de Jesús:   
"Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos" Mateo 24:24.     
Se comenzaron a vender indulgencias papales, es decir: una carta firmada por el papa de turno donde se perdonaban los pecados de aquellos que compraban dichas cartas. Mientras más pagaban por las indulgencia más pecados se perdonaban y más supuestas bendiciones venían sobre ese supuesto creyente. La indulgencia más cara era aquella donde se perdonaban los pecados pasados, presentes y futuros (algo muy parecido al nuevo evangelio de la prosperidad tan de moda entre los modernos evangélicos: donde a Dios lo han convertido en un mercader que esta obligado a bendecir a quien más dinero y bienes les dén a los pastores, apóstoles y profetas a través de supuestos pactos, diezmos y donativos). En esa nueva religión cristiana a maría la pusieron por encima de Jesús: incluso la llaman la madre de Dios y reina del cielo (títulos que tenía la pagana Semiramis babilónica). También crearon la falsa doctrina de la infabilidad papal, es decir, que toda palabra o decisión del papa tenía que tomarse como una orden de Dios y no se podía rebatir ni desafiar. Los papas, muy astutamente, persiguieron a muerte a los verdaderos cristianos que se guiaban por la biblia. Para eso levantaron la santa inquisición: una maquinaria represiva que encarcelaba, torturaba y asesinaba a todos aquellos que se opusieran al papa y a la santa madre iglesia católica, apostólica y romana: LA GRAN RAMERA DESCRITA EN LOS CAPITULOS 17 Y 18 DE APOCALIPSIS). 
Al igual que las religiones paganas se comenzó a adorar a los santos muertos. Los papas, apoyados por los demás obispos y sacerdotes, decían que esos santos muertos estaban en el cielo intercediendo por los que estaban en la tierra. Por tanto las imágenes, estatuas y reliquias de esos supuestos santos muertos eran compradas por los fieles y llevadas a sus hogares para rendirles tributo. También se adoraban estas imágenes dentro de aquella iglesia falsa. La doctrina satánica de la inmortalidad del alma fue acomodada en el nuevo cristianismo. Se decía que los creyentes, al morir iban directamente al cielo, pisoteando de manera olímpica estas palabras de Cristo: 
 ‘’Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.’ Juan 3: 13).
El mito pagano de los tormentos eternos se afirmó en esta nueva religión romana disfrazada de cristiana. A ese lugar de tormentos se le comenzó a llamar infierno. También se inventaron la creencia del purgatorio, es decir, un lugar intermedio donde las personas que
no eran muy malas, y tampoco muy buenas,  iban, después de muertos por supuesto, para ser purificados a través del fuego. El Purgatorio siempre hizo rebosar las arcas de la religión pagana que lo enseñó. El Purgatorio abre la puerta a todo tipo de extorsiones de los sacerdotes. Sacerdotes de época tan antigua como la de los Misterios Satánicos de Egipto aprendieron que las oraciones por los muertos que estaban en el purgatorio no podían ser efectivas a menos que los sacerdotes intervinieran, y cada persona sabe que el sacerdote no puede intervenir a menos que primero reciba un pago especial. En cada país, en cada era, los sacerdotes paganos han usado esta doctrina del Purgatorio para aprovecharse de los tiernos sentimientos de pérdida de los seres amados, prometiendo orar por esa pobre alma que partió, para hacer más corta su estancia en el Purgatorio; a cambio de un buen pago monetario por supuesto. 
Sobre la doctrina del purgatorio, esto es lo que dice el dogma católico escrito en los catecismo: El Purgatorio: LAS ALMAS DE LOS JUSTOS QUE EN EL INSTANTE DE LA MUERTE ESTÁN GRAVADAS POR PECADOS VENIALES O POR PENAS TEMPORALES DEBIDAS POR EL PECADO VAN AL PURGATORIO. Purgatorio = lugar de purificación. Papa Gregorio X 1271-1276. II Concilio de Lyon, 1274. "Las almas que partieron de este mundo en caridad con Dios, con verdadero arrepentimiento de sus pecados, antes de haber satisfecho con verdaderos frutos de penitencia por sus pecados de obra y omisión, son purificados después de la muerte con las penas del purgatorio. " Dz. 464.
También los católicos, al igual que otras culturas paganas, creen en el limbo. Ese lugar es para aquellas almas que mueren sin haber alcanzado la edad de la razón y que no han recibido el bautismo. Debido a que tienen el pecado original de sus almas no pueden entrar en el cielo, pero ya que tampoco tienen pecado personal o bien, no se van a sufrir el infierno. Así, se colocan en el limbo, un supuesto estado de felicidad natural. 
Por lo tanto, Llegado el cristianismo católico y ya instaurado como religión oficial bajo la tutela del imperio romano, los primeros cristianos apenas mencionan el infierno hasta que en el siglo IV San Agustín, padre de la iglesia actual, en su libro “La Ciudad de Dios” habla de castigos y cita que son los pecados sexuales los que principalmente van al infierno y donde surgen ideas tan peregrinas como que los niños no bautizados no van al cielo.
 
Durante la Alta Edad Media, cuando la peste, la guerra y el hambre asoló Europa, el infierno tiene el mayor protagonismo, una legión de predicadores influenciados por las enseñanzas de “San” Agustín se dedicaban a relatar los tormentos del infierno.
 
Curiosamente la gente acudía a las iglesias en masa a escuchar estos sermones, no en busca de esperanza ni de la verdad bíblica, sino para deleitarse con la imaginativa narración totalmente morbosa de estos predicadores, de la misma manera que actualmente vamos al cine a ver una grotesca  película de terror. Si ya de por sí los relatos eran escalofriantes, el arte representado en las iglesias ayudaba a tener una idea de lo que era el infierno, de hecho si entráis en las iglesias veréis más imágenes del infierno que del cielo. Por ejemplo: la capilla Sixtina esta llena de horrendos cuadros, pinturas y dibujos de demonios, diablos y almas sufriendo en el fuego del infierno: todo esto pintado por el pintor homosexual Miguel Ángel.
 
Con el Renacimiento, el infierno alcanza su máximo esplendor gracias al genial Dante Alighieri con su “Divina Comedia” y su “Inferno”, donde miles de fanáticos creen que lo relatado por Dante es el infierno de verdad.
 
Pocos llegaron a entender que el texto era la particular venganza de Dante contra el Vaticano, ya que éste había  arrestado, quitado sus posesiones y exiliado a Dante; si se lee “Inferno” y no nos recreamos en los tormentos, veremos que la gran mayoría de los castigados son jefes de la iglesia católica o personas influyentes de ésta.
 
Con esto se puede apreciar que el infierno es la mezcla de todas las religiones anteriores, siendo la más importante de ellas la babilónica. 
 
Por lo tanto: la creencia del alma inmortal y los tormentos eternos son parte del vino de la fornicación de babilonia descrita en apocalipsis capítulos 17 y 18. 
El infierno de fuego es un dogma católico tal y como se lee en   las normas del catecismo:
El Catecismo de la Iglesia Católica afirma: "La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad.  Inmediatamente después de la muerte las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos y allí sufren las penas del infierno, 'fuego eterno'. La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para el que fue creado y por la que anhela”. (CIC 1035).
El Dogmas Católicos de La existencia del infierno y de que es eterno, fue definido dogma de fe en el IV Concilio de Letrán. En el Magisterio de la Iglesia, nos encontramos con el Sínodo de Constantinopla, celebrado en el año 543, en el que se condenó la temporalidad del infierno: «Si alguno dice o mantiene que el suplicio de los demonios y de los hombres impíos es temporal, y que tendrá fin después de algún tiempo, o que haya restitución y reintegración de los demonios o de los hombres impíos, sea anatema» (Denz 211/411). Dogmas Católicos (3) LG c.7, nº 48: afirma la necesidad de vigilancia «para no ser apartados al fuego eterno, tinieblas exteriores, llanto y rechinar de dientes». (4) Pablo VI, Profesión de Fe, AAS 60 (1.968) 444: «los que los rechazaron (el amor y la piedad de Dios) hasta el final, serán destinados al fuego que nunca cesará». (5) Los nn. 1033-1037 enseñan la doctrina de la Iglesia sobre el Infierno. (6) CCE n.1035. Dogmas Católicos Igualmente en el año 1215 el IV Concilio de Letrán, definió contra la posición de los albigenses: «todos resucitarán con sus propios cuerpos, que ahora tienen, para que reciban según sus obras, ya hayan sido buenas o malas, los unos con el diablo pena perpetua, y los otros con Cristo gloria sempiterna» (Denz 429/801). El Magisterio reciente no se ha recatado de confirmar la doctrina de la Iglesia sobre el particular: la afirman expresamente el Vaticano II (3); Pablo VI en su Profesión de Fe (4) y el Catecismo de la Iglesia Católica (5) entre otros documentos.
En su libro de 1994, Cruzando el umbral de la esperanza, el Papa Juan Pablo II escribió que demasiado a menudo "predicadores, catequistas, maestros... ya no tienen el coraje para predicar la amenaza del infierno" (página 183).
Todo lo que Satanás necesitaba para levantar una cristiandad totalmente apostata, corrompida y desviada de la verdad, lo ha logrado a través de la iglesia católica romana. Todas las creencias, tradiciones, fabulas y mitos que nacieron en babel y que luego se esparció por todo el mundo pagano, ahora se encuentran dentro de esa iglesia pervertida, pero, eso sí: bien disfrazado de cristianismo. Esta es la razón por la cual apocalipsis capítulos 17 y 18 compara a esa iglesia apostata con BABILONIA LA GRANDE; LA MADRE DE LAS RAMERAS Y LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Para lograr fundamentar la idea de los tormentos eternos en el cristianismo, la gran ramera comenzó a introducir la palabra infierno dentro de algunas versiones bíblicas traducidas al latín. De este modo la idea pagana de un supuesto infierno de fuego se ha levantado dentro de la cristiandad apostata, tanto dentro de las liturgias de la gran ramera, como también de las hijas que salieron de ella; es decir: las iglesias que salieron del catolicismo romano como los protestantes, de los cuales proceden los modernos evangélicos y pentecostales, línea supuestamente cristiana, pero que apoya muchas de las doctrinas y creencias de la gran ramera; ellos apoyan la adoración de la santísima trinidad católica, el cobro de diezmo (las antiguas indulgencias católicas), ellos también creen que sus pastores son infalibles (al igual que los papas) y que esta prohibido que alguien juzgue sus enseñanzas, celebran la fiesta pagana de la navidad, creen en el infierno de tormentos eternos, y también creen que los creyentes al morir van inmediatamente al cielo o paraíso.
Lo que hicieron los jerarcas católicos guiados por Satanás fue tomar la palabra hebrea Sheol, la cual significa sepultura y que los apóstoles transcribieron con la palabra griega hades en el nuevo testamento,  y también tomaron la palabra griega gehenna pronunciada por Cristo en algunos pasajes y muy astutamente las cambiaron por la palabra latina infierno, junto con la idea pagana de un lugar de tormento. 
La mejor manera de determinar el significado de una palabra bíblica es examinar el uso que se le da en la Biblia misma. Al emplear este método escaparemos del prejuicio teológico al cual están sujetos todos los compiladores de diccionarios. Casi todo el Antiguo Testamento se escribió en el idioma hebreo, y el Nuevo Testamento en el griego. Afortunadamente, tenemos una traducción del Antiguo Testamento en el idioma griego, llamada la Septuaginta, una traducción que se hizo alrededor del año 250 a.C. Esto nos permite comparar las palabras hebreas en el antiguo testamento con las griegas en el nuevo testamento, y nos ayuda a entender su significado en todos los pasajes de las Escrituras. 
La palabra hebrea de la cual se ha tomado la idea de infierno es Sheol; y en griego, cuando se aplica a lo mismo, es Hades. Hay otra palabra griega en el Nuevo Testamento que se ha traducido incorrectamente como infierno, y es Gehenna; pero examinaremos esta palabra más adelante. Resulta que los traductores, en versiones modernas de la Biblia en castellano, ya no vierten la palabra Sheol como infierno, sino que la han traducido correctamente como sepulcro en Eclesiastés 9:10 y en Cantares 8:6. En todos los otros 63 casos donde aparece se ha transliterado como Sheol. Esto nos ayuda a ver cómo ellos han lidiado con esta palabra al descubrir que no coincidía con la teoría con la cual su teología había corrompido su mente en las iglesias de creencias apostatas.
Examinemos ahora algunos de los pasajes donde aparece la palabra Sheol, transliterada al castellano como Seol y veamos si podemos hacer que concuerden con la teoría popular acerca del infierno, y si no se puede, dejemos entonces que nuestra mente llegue a la conclusión a la que los pasajes mismos nos llevarán. Vamos anotar también los pasajes donde en diferentes versiones bíblicas la palabra Sheol la vierten como sepulcro.
Sheol -- el Sepulcro o Estado de los Muertos:
Génesis 37:35 -- "Mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. [sepulcro]".
Génesis 42:38 -- "Y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol".
1 Samuel 2:6 -- "El Señor mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir".
1 Reyes 2:6 -- "Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría: no dejarás descender sus canas al Seol en paz".
Job 14:13 -- "¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, que me encubrieses hasta apaciguar tu ira".
Job 17:13 -- "Si yo espero el Seol [sepulcro] es mi casa; haré mi cama en las tinieblas".
Salmos 30:3 -- "Oh, Señor, hiciste subir mi alma del Seol [sepulcro]; me diste vida, para que no descendiese a la sepultura".
Salmos 49:14 -- "Como rebaños que son conducidos al Seol, la muerte los pastoreará".
Oseas 13:14 -- "De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte [sepulcro], yo seré tu muerte [destrucción]" (compárese con 1 Corintios 15:55).
Eclesiastés 9:10 -- "En el sepulcro [Seol], adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría".
Salmos 31:17 -- "Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol [sepulcro].
Ezequiel 32:27 -- "Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol [sepulcro] con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas".
Salmos 16:10 -- "Porque no dejarás mi alma en el Seol [sepulcro], ni permitirás que tu santo vea corrupción". (Pedro usa esto para probar que Cristo resucitó de entre los muertos, en Hechos 2:27, 30-32).
Por estos testimonios es evidente que los escritores inspirados no interpretaban la palabra Seol como un lugar de tormento eterno. Si sustituimos a la palabra Seol por la frase 'lugar de tormento eterno' o ¨infierno¨ en estos textos, veremos lo absurdo que es la teoría de la teología moderna. Haría decir a Jacob: 'No quiero recibir consuelo; y descenderé enlutado a mi hijo hasta el lugar de tormento eterno'. Y haría decir a David: 'Que sus canas no
desciendan al lugar de tormento eterno en paz", como si fuera posible ir a semejante lugar en paz. Haría decir a Job: '¡Oh, quién me diera que me escondieses en el lugar de tormento eterno, que me encubrieses hasta apaciguar tu ira', lo cual significaría orar para ir de mal en peor. Haría decir a David y Pedro que Cristo fue al lugar de tormento eterno, pero que no fue dejado allí. Ahora bien, si tenemos presente que el destino final de los inicuos es que se les castigará con la muerte eterna, es decir, que serán arrojados a las tinieblas de la muerte y al sepulcro, entonces podemos entender fácilmente el uso de la palabra Seol cuando los traductores la han transliterado como 'Seol [sepulcro]; tal es el caso, por ejemplo, en Salmos 9:17 -- "Los malos serán trasladados al Seol, todas las gentes que se olvidan de Dios".
Tomemos, por ejemplo, las palabras de Ezequiel 32:27 -- "Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol [Sheol = sepulcro] con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas". Aquí se muestra que 'Seol' es un lugar donde los poderosos yacen "con sus espadas puestas debajo de sus cabezas", aludiendo a la costumbre de colocar la espada del guerrero debajo de su cabeza cuando son depositados en el sepulcro. Qué absurdo es suponer que los soldados van al 'infierno' de la creencia popular donde reposarán con sus espadas debajo de sus cabezas. Por lo tanto, el uso de la palabra sheol en este y otros pasajes citados muestra que los escritores inspirados no le atribuían a dicha palabra el significado de 'infierno' en el sentido de ¨lugar de tormentos eterno¨ que se le da en nuestros días. No hay un solo pasaje en el que tenga un significado tan absurdo como el de "infierno de sufrimientos eternos’’, y el hecho que los testimonios citados muestren que se refiere al sepulcro, un significado que ni la mente del más ardiente creyente en la teoría popular no puede resistir, es suficiente en sí mismo para excluir su aplicación al "infierno" de la creencia popular; porque, ¿cómo podría emplearse la misma palabra para dos lugares tan marcadamente diferentes como el sepulcro, donde todo es oscuridad e insensibilidad, y uno encendido con ominosas llamas, donde se experimenta la más profunda sensibilidad de una tortura sin fin?.
Si acudimos al Nuevo Testamento encontramos que la misma conclusión es irresistible. Por supuesto, aquí tenemos la palabra griega hades, en vez de la palabra hebrea sheol. Que ambas palabras significan lo mismo, se verá en los casos en que el Nuevo Testamento cita del Antiguo. En Salmos 16 David dice proféticamente de Cristo: 
"Porque no dejarás mi alma en el Seol [sepulcro], ni permitirás que tu santo vea corrupción". 
Este pasaje se cita en Hechos 2:27, 31 -- "Porque no dejarás mi alma en el Hades [sepulcro], ni permitirás que tu Santo vea corrupción". 
Ambos pasajes hablan de la resurrección de Cristo del lugar donde estuvo durante su muerte, un lugar donde comúnmente los hombres 'ven corrupción'; pero en el cual Dios no permitió que Cristo permaneciese sinó que en su caso hizo una excepción, y no lo dejó en el sheol o hades, sinó que lo resucitó de entre los muertos antes de que se pudriera su cuerpo. De ahí que Pablo dice que había declarado a los corintios que "Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras" (1 Corintios 15:3-4). Cuando Cristo murió "derramó su vida hasta la muerte" (Isaías 53:3, 4). De modo que cuando estaba muerto lo bíblico y lógico es que no estaba vivo, y dondequiera que haya sido depositado cuando murió, ahí estuvo hasta que
resucitó. Lo depositaron en el sepulcro; pero no "permaneció" allí; y al declarar el hecho Pedro dice: "Su alma no fue dejada en el Hades [sepulcro]", y el salmista al profetizar esto acerca de sí mismo y de Cristo dijo: "Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol [sepulcro], porque él me tomará consigo" (Salmos 49:15).
Ahora bien, esto muestra que el término sheol significaba para el Salmista lo mismo que la palabra hades significaba para Pedro. Ambos pasajes hablan del mismo acontecimiento, esto es, la resurrección de Cristo. Ahora podemos examinar el uso de la palabra hades en los otros pasajes donde ocurre en el Nuevo Testamento.
Hades--El Sepulcro o Estado de los Muertos:
Mateo 11:23 -- "Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades [sepulcro] serás abatida".
‘’Esta predicción de nuestro Señor se cumplió literalmente; porque en las guerras entre los romanos y los judíos estas ciudades fueron totalmente destruidas, de tal modo que en el presente no quedan vestigios de Betsaida, Corazín o Capernaum" (Clark, Commentary).
Por lo tanto, ser abatido hasta el Hades, o sepulcro, significaba ser destruido.
Mateo 16:18 -- "Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades [sepulcro] no prevalecerán contra ella".
"Las puertas del Hades"--, dice Parkhurst--, puede aludir siempre a la forma de los sepulcros judíos".
Las puertas del sepulcro no prevalecerán porque la iglesia será liberada en el día de la resurrección y exclamará: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro [hades], tu victoria?" (1 Corintios 15:55).
Apocalipsis 1:18 -- "Yo soy... el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que yo vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades [sepulcro]".
Apocalipsis 6:8 -- "Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía [sepulcro]".
Apocalipsis 20:13, 14 -- "Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades [sepulcro] fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda".
Lucas 16:23 -- "Y en el Hades alzó sus ojos".
Queda totalmente aclarado para el lector que estos pasajes se aplican al sepulcro, excepto, quizás, uno; aquel en que se dice que el hombre rico alzó la vista en el Hades. Nos proponemos explicar esta parábola de la siguiente manera; en realidad  la parábola del hombre rico y Lázaro estaba dirigida a los fariseos (Lucas 16:14), quienes, al haber aceptado las tradiciones que invalidaban la Palabra de Dios, se habían hecho creyentes en el dogma pagano de la existencia consiente de las almas desincorporadas. Para hallar una habitación para estas después de la muerte, inventaron un lugar donde eran preservadas las almas buenas y malas a
la espera del día del juicio; y a ese lugar daban el nombre de hades. En esta parábola nuestro Señor usó la teoría de ellos para representar la catástrofe nacional que dentro de poco vendría sobre ellos por medio de la destrucción de Jerusalén, y su tormento a manos de los romanos y otras naciones entre las cuales padecerían (este es uno de los significados de esa parábola). El hecho que el Salvador usara la teoría de ellos en parábola no lo compromete con esa teoría así como tampoco el uso de la palabra Beelzebú (Mateo 12:27) lo compromete con la ficción pagana del dios de las moscas. Debe recordarse que nuestro Señor no hizo ningún intento por corregir a los fariseos y mostrarles la falacia de los dogmas paganos que ellos habían abrazado. Sabía que ellos se creían justos, así que les dijo irónicamente: "No he venido a llamar a justos" (Mateo 9:13). Está escrito que "sin parábolas no les hablaba" (Mateo 13:34); y la razón que dio para esto fue: "Porque a vosotros [los discípulos] os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado" (Mateo 13:11).
En su libro, el hermano Tito Martínez explica lo siguiente: ¨Lo primero que suelen decir los falsos maestros que han pervertido el verdadero significado de esta parábola es que, según ellos, no se trata de una parábola, sino de una historia real y literal. Esto es completamente falso y ridículo, ya que esta parábola es la última de seis parábolas seguidas, y que son las siguientes:
1- Parábola de la gran cena (Lucas 14:15-25).
2- Parábola de la oveja perdida (Lucas 15:1-7).
3- Parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8-10).
4- Parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32).
5- Parábola del mayordomo infiel (Lucas 16:1-13).
6- Parábola del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31).
Los que han pervertido el significado verdadero de esta parábola suelen decir que no se trata de una parábola, porque se mencionan nombres propios: Lázaro y Abraham, sin embargo, ese argumento es una falacia, porque el hecho de que se mencionen nombres propios no significa que no sea una parábola. Ya ha quedado demostrado que se trata de la última de una serie de 6 parábolas, por lo tanto, es imposible que se trate de una historia real y literal. Pero no solo eso, esta parábola del rico y Lázaro empieza exactamente igual que la parábola anterior, la del mayordomo infiel, las dos parábolas empiezan así: “Había un hombre rico…” Esto demuestra sin ninguna duda que esta parábola del rico y Lázaro de ninguna manera es una historia real o literal. Por lo tanto, el primer argumento falso que esos falsos maestros esgrimen ya ha quedado pulverizado.
 El relato del rico y Lázaro NO ES UNA HISTORIA LITERAL, sino una prosopopeya, donde Cristo hizo hablar a tres personas muertas como si estuvieran vivas, y este mismo estilo literario es el que Isaías usó en Isaías 14:8-11 para describir a los muertos que están en el Seol (el sepulcro), los cuales salen a recibir al rey de Babilonia, e igualmente describe a los cipreses y los cedros del Líbano hablando, ¡todo ello es una prosopopeya!, no una historia literal. Aceptar la parábola del rico y Lázaro de forma literal lleva a conclusiones ridículas, porque entonces
resulta que los salvos podrán ver y hablar con los condenados que estén en el lago de fuego, todos los creyentes cabrían en el ceno de Abrahán, y una gota de agua en la punta del dedo puede quitar la sed de un hombre atormentado por las llamas.
En esta parábola Cristo sencillamente lo que hizo es enseñar que los creyentes estarán con Abraham, cuando el Reino de Dios venga a la tierra (Lucas 13:27-29), mientras que los incrédulos, como el rico, estarán fuera del Reino de Dios, siendo atormentados por el fuego, donde después serán destruidos en cuerpo y alma (Mateo 10:28), ¡esta es la verdadera interpretación de la parábola del rico y Lázaro!. (la 21 tesis de tito. Com).
Aunque las Escrituras no pueden ser reforzadas por nada que puedan decir los escritores, muchos se sienten más confiados si saben que escritores populares apoyan cualquier punto de vista que ellos puedan tomar. A veces los comentaristas dan honestamente una verdadera exposición, aun cuando los pasajes que ellos han comentado condenen las teorías que ellos tanto aprecian; y sobre el tema que estamos señalando, esto queda ilustrado en las siguientes citas:
AUTORES POPULARES COMENTAN LA PALABRA INFIERNO:
"La palabra hebrea sheol se traduce correctamente como infierno en un sentido general, si se quiere significar lo mismo que la antigua palabra latina infernus, el receptáculo tapado de todos los muertos, donde los buenos y los malos reposan juntos en un estado de INCONSCIENCIA; pero muy incorrectamente y muy desvergonzadamente si se pretendía que fuese un símbolo del infierno de la creencia popular y tradicional como un lugar de tormento consciente sólo para los inicuos. Pero nosotros, sin la menor reserva, condenamos a los traductores; puesto que ellos evidentemente se han esforzado por obscurecer el verdadero sentido de la palabra sheol, y para sostener el significado tradicional del infierno a expensas de la verdad y la uniformidad. Si la palabra sheol se hubiese traducido uniformemente como hoyo o sepulcro o el estado de los muertos, o incluso como las mansiones de los muertos, nunca se le habría relacionado con una idea tan absurda como la de un lugar de tormento consciente" (Bible versus Tradition, pagina 188).
"Hades significa literalmente aquello que está en oscuridad. Un cuidadoso examen llevará a la conclusión de que en estos pasajes donde ocurre la palabra hades no hay ninguna justificación para la idea de un estado intermedio, sino que se refieren al sepulcro, tanto de los justos como de los inicuos". Dr. Kitto, Cyclopedia [Enciclopedia].
"La palabra original hades, --el invisible receptáculo o mansión de los muertos--, corresponde a sheol en hebreo. La palabra infierno, que se usa en algunas traducciones, ahora expresa un significado incorrecto de la palabra original, porque se usa sólo para dar a entender el lugar de los condenados. Pero como el vocablo infierno viene del término latino infernus, que significa tapar ,  ocultar o inferior [...], el significado literal de la palabra original hades estaba en tiempos antiguos bien expresada por ella".--Dr. Adam Clarke, Commentary [Comentario].
"La expresión 'las puertas del hades` puede aludir siempre a la forma de los sepulcros judíos, los cuales eran grandes cuevas con una entrada angosta, muchos de los cuales se pueden hallar en Judea"-- Parkhurst, Lexicon.
Estos autores esclarecen el asunto en armonía con las Escrituras; y se verá que si tenemos presente el verdadero significado de la palabra "infierno" cuando leemos pasajes en los que se ha traducido de la palabra hades o se han transliterado como Hades, la palabra se ha vertido correctamente, significando invisibilidad, lo oculto. ¿A qué se le puede denominar invisibilidad y oculto más aptamente que al estado de muerte, en el polvo, o en el sepulcro, cubierto o tapado?.
Una mirada a los pasajes ya señalados mostrará que están en perfecta armonía con el uso en el Antiguo Testamento de la palabra sheol para referirse al sepulcro. Abatir a Capernaum hasta el Seol significaba destruirla. Decir que las puertas del infierno no prevalecerían contra la iglesia era dar seguridad de la resurrección a la vida, el triunfo y gloria de todos los fieles que forman parte de la prometida, la que ha de convertirse en la esposa del Cordero a su venida. Que Cristo posea las llaves del infierno significa que él es "la resurrección y la vida" para todos sus fieles, y el destino a la muerte y al sepulcro de los infieles para siempre. Que la muerte y el infierno entregarán a los muertos que están en ellos significa que a los muertos se les dará vida y que los sepultados resucitarán de entre los muertos. Que la muerte y el infierno serán lanzados simbólicamente al lago de fuego significa que el poder que tienen sobre todos los redimidos será destruido, cuando ya no habrá más muertes, y, por consiguiente, el sepulcro ya no devorará más víctimas. Cuando Cristo reinará hasta que haya destruido al último enemigo-la muerte--cada uno que pruebe que es digno de alcanzar la vida eterna en gloria, podrá exclamar triunfantemente: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?", entonces habrá llegado el momento cuando "no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí", y "Dios [será] todo en todos" universalmente.
Evidentemente, cuando toda la creación sea nuevamente restaurada después del juicio final, no va a existir ningún lugar en el universo donde haya dolor o clamor de sufrimiento, esto es lo que dice el libro de apocalipsis en su capítulo 21, vamos a leerlo:
¨4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.¨
En ese pasaje de apocalipsis no cabe la idea de un lugar de tormentos sin fin, donde existen las supuestas almas de los malvados siendo torturados por siempre.
 
Gehenna--¿Qué es y dónde está?:
Gehenna tiene un significado enteramente diferente de Hades, y nunca debió haberse traducido como infierno. Lo siguiente, tomado del Diaglotón Enfático, es una buena explicación:
"Gehenna, la palabra griega que se tradujo como infierno en la Versión Reina--Valera de 1960, ocurre 12 veces. Es la forma griega de escribir las palabras hebreas que se han traducido como 'El Valle de Hinom'. Este valle también se llamaba Tofet, que significa detestación, abominación. En este lugar se echaba toda clase de desperdicios, con los esqueletos de bestias y los cadáveres insepultos de criminales que habían sido ejecutados. Para consumir estos desperdicios se mantenía un fuego constante echándole azufre. Un ejército de Senaquerib, de
185.000 hombres fue muerto aquí en una sola noche. Aquí los niños eran quemados hasta que morían en sacrificio a Moloc. En tiempo de Cristo ese lugar era el basurero de la ciudad de Jerusalén: donde la basura, los cadáveres, el fuego y los gusanos eran sus habitantes. No había vida en el gehenna. Entonces, Gehenna, según ocurre en el Nuevo Testamento, simboliza la muerte y la destrucción total; el lago de fuego, pero no significa en ningún pasaje un lugar de tormento eterno".
Como los judíos habían llegado a considerar el Gehenna como un lugar de horror, nuestro Señor lo asoció con el destino que esperaba a aquellos que serán víctimas de la ira de Dios en el día de la justa retribución. Los testimonios en los cuales se usa la palabra indican que el Gehenna no solo era un lugar de castigo judicial en el pasado, sino que en ese mismo lugar los justos juicios de Dios serán derramados sobre los trasgresores. Los gusanos que se alimentaban de los esqueletos en el pasado hace ya mucho tiempo que los devoraron; el fuego inextinguible que quemaba ha devorado ya a sus víctimas y, por tanto, ya esta apagado. De modo que cuando los gusanos de nuevo se alimenten de los cadáveres de los inicuos y el fuego los queme, la destrucción será el resultado inevitable. Usted verá, estimado lector, que el significado de las palabras "el gusano que no muere, y el fuego que no se apaga" no es que los cadáveres de los cuales se alimentan los gusanos sean preservados vivos; ni que se quemarán, pero que nunca se consumirán. El hecho de que a los gusanos se les represente alimentándose es prueba de que a sus víctimas se les había dado muerte, y que ser devorado totalmente es un fin cierto; y que el hecho de que el fuego no se apaga es prueba, no que sus víctimas serán preservadas, sino que serán devoradas hasta ser consumidos, hasta quedar de ellos solamente el símbolo del humo que sube como testimonio de que ya han sido totalmente eliminados. El símbolo del gehenna es la muerte segunda en el lago de fuego: la destrucción final de todos los hombres malvados, del diablo y sus ángeles. Es en el Gehenna (el lago de fuego) donde Dios va a destruir para siempre a todos los malvados, sin dejar de ellos ni rastro, vamos a leerlo:
Mateo 10:28--"Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno [Gehenna]".
A continuación se muestran los pasajes donde la palabra infierno procede de Gehenna:
Mateo 5:22--"Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno [Gehenna] de fuego".
Mateo 5:29--"Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno [Gehenna]".
Mateo 18:9--"Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno [Gehenna] de fuego".
Mateo 23:15--"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno [Gehenna] que vosotros".
Mateo 23:33--"¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno [Gehenna]?"
Marcos 9:43, 45, 47; Lucas 12:5. Estos son iguales a los que se han citados de Mateo.
Santiago 3:6--"Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno [Gehenna]".
¿No parece extraño que una teoría de preservación perpetua de los inicuos en tormento se esfuerce por encontrar apoyo en una palabra, que es el nombre de un lugar en que el fuego destruye los cadáveres, y los gusanos los devoran completamente, sean el resultado inevitable de haber sido arrojados allí? La inextinguible acción del fuego, en vez de significar la preservación de sus víctimas, podría significar ni más ni menos que su destrucción es completa, lo que se recalca por estas palabras: "Quemará la paja en fuego que nunca se apagará". La expresión "que nunca se apagará", cuando se aplica en el lenguaje cotidiano, se entiende claramente que significa la imposibilidad de mantener en existencia aquello que está siendo consumido por las llamas; y este es el significado bíblico, como se verá por las palabras del profeta Jeremías: "Yo haré descender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará" (Jeremías 17:27). Este fuego fue iniciado por los romanos en el año 70 de nuestra era y "devoró" todo; pero si alguien afirmara que todavía está ardiendo porque se declaró que no se apagará, sería tan necio como aquellos que afirman que el fuego del Gehenna arderá siempre y que nunca se apagará porque es 'inextinguible'.
Así pues, decir que "el gusano no muere" es asegurar que su presa será devorada, seguramente no que su víctima será preservada eternamente, siendo devorada siempre, pero, no obstante, sin ser devorada. Hay un intento por eludir el claro significado, con sentido común, de estos y otros pasajes en donde ocurren las palabras "destruir", "perecer", etc., asumiendo que estas palabras no se han de tomar en el significado de una destrucción literal de esta persona, y que sólo significan que los inicuos son destruidos en el sentido que hablamos de alguno que se ha convertido en un réprobo, esto es, destruye su carácter, y él se degrada. Parecería que todo encajaría si tan sólo puede sostenerse la apreciada teoría de la tortura eterna, pero, ¿por qué? ¿Por qué los hombres sienten tanta ansiedad por sostener una teoría que es tan repulsiva para la razón y tan deshonrosa para Dios, a pesar de que no hay nadie que realmente crea en ella cuando reflexiona serenamente, y se ofrece toda clase de justificaciones para esa horrible doctrina? Es cierto que algunas veces se usan las palabras "destruir", "perecer", etc., en el sentido secundario que se pretende, pero en los pasajes que hemos citado el contexto muestra claramente que se emplean en su sentido más literal. Son los inicuos los que son destruidos, no que los hombres buenos destruyan su carácter al volverse inicuos. Ellos ya están destruidos en este último sentido, es decir, en el sentido de que se degradan, por el hecho que ellos son inicuos; y es a la destrucción, consunción y perecimiento a lo que se refieren las Escrituras. 
Observen con atención estas palabras del hermano Tito Martínez: ¨DIOS ES AMOR, Y NO UN INJUSTO Y SÁDICO VERDUGO DEMENCIAL QUE OTORGARÁ LA INMORTALIDAD A LOS CONDENADOS PARA HACERLOS SUFRIR EN EL FUEGO POR LA ETERNIDAD, ¡eso es una monstruosa doctrina de demonios, totalmente OPUESTA al Evangelio! Jesús dijo que en la
Gehenna de fuego, es decir, en el lugar de destrucción por fuego, el GUSANO de ellos NO MUERE, y el fuego nunca se apaga" (Marcos 9:48). ¿A qué gusano se refería el Señor? Tradicionalmente se nos ha querido hacer creer que ese gusano representaba al alma, o a la conciencia, ¡pero ahí el alma y la conciencia no tiene que ver nada!, Jesús estaba hablando de GUSANOS literales, ¡no de almas o conciencias! Ese gusano es sencillamente el gusano DE LOS CADÁVERES, es decir, al gusano de la putrefacción, indicando así que esa DESTRUCCIÓN O MUERTE será ETERNA, ¡esos muertos nunca más volverán a vivir!. El gusano de los cadáveres no muere, porque la DESTRUCCIÓN es eterna, ¡no porque los muertos sean eternos! En la Gehenna de Jerusalén eran arrojados cadáveres de animales, e incluso de seres humanos, los cuales eran devorados por los gusanos, o quemados por el fuego, ¡nadie vivía en ese lugar! El gusano de ese lugar de destrucción nunca moría, porque siempre había carne podrida, y los gusanos campaban a sus anchas en esa podredumbre, y la carne que no era consumida por el fuego, era devorada por los gusanos. El hecho de que ese fuego de la Gehenna NUNCA SE APAGARA, no significa que ardiera eternamente, por la sencilla de que ese fuego se apagó, y ya no existe la Gehenna. El fuego de la Gehenna nunca se apagaba, porque siempre había combustible en él. El fuego eterno no puede ser apagado, porque es un fuego ENVIADO POR DIOS, y nadie lo puede apagar, sin embargo, ese fuego se apaga por sí solo cuando lo que es consumido queda destruido, y reducido a cenizas. Esto es precisamente lo que Dios hará con todos los malvados y mentirosos, él los quemará en el fuego de su ira, y entonces serán reducidos a cenizas (Malaquías 4:1-3). (Las 21 tesis de tito. COM).
Muchos dicen insensatamente que 'si existe el cielo debe existir el infierno; y si existe Dios debe existir el diablo'. Esto muestra lo distorsionada que está la mente de los devotos de la religión popular, los cuales creen seriamente que la existencia del cielo, la sagrada morada de Dios, depende de la existencia de un infierno en el que millones lloran y gimen y se retuercen de dolor en torturas eternas; y que la existencia de un diablo sempiterno es esencial para la de Aquel que es la fuente de toda vida. Algunos incluso han llegado a decir que si las terribles llamas del infierno se apagasen alguna vez, el cielo quedaría en oscuridad; y muchos de los ciegos e insanos defensores de la horrible doctrina, deshonrosa para Dios, han agotado las palabras más fuertes de nuestro idioma en un esfuerzo por pintar descriptivos cuadros de las regiones infernales en los términos más repugnantes, y lo que casi afectaría la sensibilidad del más salvaje de los salvajes.
Es bueno que los teólogos modernos empiecen a sentirse avergonzado de ver su teoría pintada en colores que la retratan tan bien, pero en tanto sigan aferrados a la teoría de la inmortalidad del alma, nunca podrán liberar sus credos de su horrible infierno de tortura sin fin. Pueden espiritualizar las ya pasadas de moda lenguas de centelleantes y ardientes llamas convirtiéndolas en un eterno "remordimiento de conciencia", y de este modo hacer los horrores de su "infierno" un poco más digerible para los gustos refinados de la sociedad de las iglesias modernas; pero detrás del púlpito aún existe un antiguo armario guardando el infamante secreto, y hasta que ellos abandonen totalmente sus credos, todos los cuales se basan en la inmortalidad del alma, destruyan los libros que han producido sus predecesores, libros que están ennegrecidos por las tinieblas de las épocas tenebrosas de la superstición romana, y enrojecidos por el salvaje resplandor de la insaciable crueldad y crímenes paganos, toda la espiritualización de su refinamiento que ellos puedan inventar nunca apagarán los
sulfurosos fuegos que sus credos han encendido, ni limpiarán de los anales de la historia las manchas que ellos han arrojado sobre el carácter de un Dios de justicia y amor.
Quizás no sería inapropiado echar un vistazo aquí a unos pocos de los cuadros que ellos han pintado de su "infierno".
El "Reverendo" J. Furness escribe como sigue:
"Escuchen el tremendo y horrible rugido de millones y millones de atormentadas criaturas enloquecidas con la furia del infierno. Oh, los alaridos de temor, los lamentos de horror, los aullidos de ira, los gritos de dolor, los estertores de agonía, los chillidos de desesperación, de millones y millones. Ahí usted los oye rugir como leones, sisear como serpientes, aullar como perros, y gemir como dragones. Ahí usted oye el rechinar de dientes, y las espantosas blasfemias de los diablos. Sobre todo, usted oye los rugidos de los truenos de la ira de Dios, que sacuden al infierno hasta sus cimientos. Pero hay otro sonido. Hay en el infierno un sonido como de muchas aguas; es como si todos los ríos y océanos del mundo estuviesen vaciándose con un gran ruido sobre el piso del infierno. ¿Es entonces realmente el sonido de las aguas? Lo es. ¿Se están derramando los ríos y los océanos de la tierra sobre el infierno? No. ¿Qué es entonces? Es el sonido de los océanos de lágrimas que caen de incontables millones de ojos. Lloran para siempre jamás. Lloran porque el humo sulfuroso atormenta sus ojos. Lloran porque están en tinieblas. Lloran porque han perdido el hermoso cielo. Lloran porque el afilado fuego los quema".
El tercer calabozo, en lo más profundo del infierno, lo describen así:
"El techo es candente; los muros son rojos; el piso es como es como una gruesa lámina de hierro candente. ¡Miren! En medio de ese piso está una jovencita; representa unos dieciséis años de edad. Sus pies están desnudos; no tiene zapatos ni medias en sus pies; sus pies desnudos están sobre el piso candente y quemante. La puerta de esta sala nunca se ha abierto desde que puso por primera vez sus pies sobre el candente piso. Ahora ve que la puerta se abre. Ella se precipita hacia la puerta, y se arrodilla sobre el candente piso. ¡Escuchen! Ella habla, diciendo: 'He estado parada con mis pies desnudos sobre este candente lugar durante años. Día y noche mi único lugar de permanencia ha sido este candente piso. El sueño nunca ha venido ni por un momento para que yo olvide este horrible y quemante piso. Mira--dice ella-- mis pies quemados y sangrantes. Déjame salir de este piso quemante por un momento. Sólo un único y breve momento. ¡Oh, que en esta interminable eternidad de años yo olvide el dolor sólo por un único momento!'. El Diablo le contesta su pregunta: '¿Pides un momento para olvidar tu dolor? ¡No! Ni por un solo momento durante la interminable eternidad de años jamás saldrás de este candente piso'".
Lo siguiente está tomado de "Cheever's Powers of the World to Come" [Poderes del Mundo Venidero, por Cheever]:
"El choque de furiosos ejércitos, el estampido de arrolladoras avalanchas, montañas que se precipitan sobre ciudades, volcanes en acción, manadas de fieras salvajes confinadas y rugientes en el calabozo del Coliseo, haciendo que la estructura completa se sacuda con sus bramidos, entonces todos al unísono se sueltan, y con una voraz necesidad de hambre y furia
riñen entre ellos; los elementos en salvaje terror y conmoción; terremotos, conflagraciones, inundaciones, pestilencias, guerras; todas estas son espantosas imágenes de terror, ruina, desolación, destrucción. Pero todos estos, e incluso las estrellas cayendo del cielo, como cuando una higuera deja caer sus higos a destiempo, y el universo entero chocando entre sí en un caos, o encogiéndose como un pergamino que se quema, todo esto queda corto para representar la muerte eterna; todas son deficientes; no son más que sílabas transitorias. La muerte moral es inaccesible para cualquier representación.
En la actualidad existe una muchacha evangélica pentecostal de apellido Zambrano que asegura que existen en el infierno cientos de almas de personas que fueron cristianas siendo atrozmente torturadas por los demonios porque ellos se negaron a diezmar. Además del testimonio falso de 7 jóvenes colombianos de la línea pentecostal, que supuestamente visitaron el infierno, y vieron las diferentes torturas a los que son sometidas las supuestas almas en pena. Todo esto no es más que fabulas diabólicas, invento de esos religiosos para ganar fama aprovechando la ignorancia bíblica de los incautos que les creen.

Estas son sólo una muestra de los muchos chocantes cuadros que los predicadores populares han pintado de la tortura sin fin de aquellos que fracasan en la difícil lucha de la vida.
Los educados y cultos, incluso de las iglesias populares, quedarán horrorizados ante semejantes cuadros; pero nunca podrán liberarse de ellos, hasta que hayan salido de las iglesias que se basan en la doctrina que es responsable de tales horrores. Aquellos de entre el común de la gente no defenderán la doctrina; pero exclamarán: 'Qué haremos con los inicuos si no hay un infierno?'. Para estos, el "poder engañoso, para que crean la mentira" parece indispensable para azotar y aterrorizar a los hombres para que vayan a las iglesias. Eso puede ser cierto en lo que concierne a la "conversión" en las iglesias populares; y la horrible doctrina parece ser el campo de acción permitido para mantener una razonable restricción de las pasiones de los lujuriosos y los embrutecidos. Incluso en esto quedan cortos; porque la mayoría de los criminales en las penitenciarías y aquellos condenados a la pena capital son creyentes en el "infierno" de la creencia popular. Pero cualquiera que sea el motivo para permitirse lanzar esta difamación contra Dios, es una calumnia sobre su nombre y un enemigo de su palabra. A las personas no se les permite difamar a otro con impunidad, y hay cierto
respeto entre ellos; pero muchos parecen pensar que pueden representar a Dios de cualquier manera incongruente, injusta  y vengativa que sus caprichos teológicos les puedan sugerir. La persona que hace circular una historia falsa acerca de que uno de sus semejantes ha estado sometiendo a un perro, aunque sea la criatura más mala y salvaje, a una tortura diaria durante una semana, sería considerado como un calumniador al que toda la gente decente esquivaría, pero aquellos que enseñan desde los púlpitos que Dios mantiene miles de millones de criaturas indefensas y enloquecidas, gimiendo, sufriendo, marchitándose en un eterno manicomio llamado teológicamente "infierno", se les alaba y aplaude como los más respetables y cultos miembros de la sociedad. Se justifica, en cierta medida, el carácter del hombre por consenso común, pero a Dios se le presenta ante el mundo como un monstruo de injusticia, y de insaciable deseo de venganza. Estimado lector, opongámonos con denuedo y sin temor contra esta afrenta teológica y reivindiquemos el carácter de Dios y la verdad de su palabra; proclamemos a un mundo agonizante que un Dios de justicia y amor extiende una mano de ayuda y esperanza para evitar que los hombres perezcan y pasen al pozo del olvido; y démosles salud, vida y gozo eterno en, finalmente, un mundo redimido, ya no maldecido por el pecado, el sufrimiento y la muerte, sino uno en el cual morarán sólo los agradecidos, justos y glorificados hijos de un ser benéfico, los cuales serán los frutos  de un Salvador fiel y afectuoso que entrego su alma, es decir: su vida  en una cruz para redimir a los escogidos para salvación. Entonces Dios será "todo en todos", su nombre magnificado, honrado y adorado, y todas las criaturas sobrevivientes de la obra de sus manos serán bendecidas para siempre. (Parte de lo aquí expuesto viene de los estudios de Thomas Williams Publicado originalmente en 1898). CAPITULO 4: LA FUTURA DESTRUCCION DE TODOS LOS MALVADOS. Para reconfirmar todo este punto referente a la destrucción eterna de los malvados; aquí les dejo un resumen sobre este tema escrito por el gran erudito bíblico Tito Martínez:
LA FUTURA DESTRUCCIÓN ETERNA DE LOS MALOS :
Cuando esos mil años se cumplan, entonces los muertos que fueron juzgados durante el Milenio, conforme a sus obras, VOLVERÁN A VIVIR, es decir, resucitarán por el poder de Dios: "5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años" (Apocalipsis 20:5). Miles de millones de muertos estarán en pie delante del trono de Dios, entonces esos libros donde están registradas las obras que ellos hicieron serán abiertos, y también será abierto otro libro: el libro de la vida (Apocalipsis 20:12-13). Todos estos muertos ya fueron juzgados durante el Milenio (Apocalipsis 11:18), sin embargo, ahora resucitarán para OÍR LA SENTENCIA establecida por el Juez de vivos y muertos: Jesús. Dicha sentencia será de condenación, o de perdón, ya que el texto bíblico dice que quien no se halló inscrito en el libro de la vida, fue arrojado al lago de fuego (Apocalipsis 20:15), lo cual indica que habrá muertos que tendrán su nombre escrito en el libro de la vida, y serán salvos. Ahora bien, los muertos que sean condenados y arrojados al lago de fuego, ¿vivirán para siempre en ese lugar de destrucción? 
Millones de "cristianos" han sido engañados por Satanás, el cual les ha hecho creer que los condenados tendrán la vida eterna, y vivirán para siempre en el fuego en un sufrimiento sin fin. Veamos la falsedad de esa doctrina. 
El Señor Jesús dijo que los que rehúsan creer en el Hijo NO VERÁN LA VIDA, sino que la ira de Dios está sobre ellos, es decir, pesa sobre ellos, cual espada de Damocles (Juan.3:36). Por lo tanto, los condenados NO recibirán la inmortalidad, ni vivirán para siempre, sino que serán DESTRUIDOS (aniquilados) en el fuego de la ira de Dios, es decir, el lago de fuego (Apocalipsis 14:9-11, 20:15). Jesús dijo que Dios DESTRUIRÁ (aniquilará) el cuerpo y el alma (la vida) de los condenados en el fuego (Mateo 10:28). 
Pablo dijo también que los condenados sufrirán la pena de ETERNA DESTRUCCIÓN O PERDICIÓN (2Tesalonicences 1:9). Ellos serán atormentados con fuego y azufre, y el humo de su TORMENTO subirá por los siglos de los siglos (Apocalipsis 14:9-11), es decir, ellos SUFRIRÁN terriblemente en el fuego, hasta que sean quemados, y reducidos a cenizas (Malaquías 4:1-3). Jesús dijo bien claro que en ese lugar llorarán y crujirán de dientes (Mateo 13:42), hasta que sean destruidos en cuerpo y alma. Por lo tanto, ellos estarán vivos y conscientes cuando sean arrojados al lago de fuego, ya que de lo contrario ellos no llorarían ni rechinarían de dientes. 
El "humo que sube por los siglos de los siglos" indica una DESTRUCCIÓN ETERNA, ya que cuando sube humo de un incendio, significa que la destrucción está completa. Jesús dijo que las "cabras" irán al castigo eterno, mas los justos a la vida eterna (Mateo 25:46), por lo tanto, EL CRISTO fue muy claro en ese pasaje cuando dijo que SOLO LOS JUSTOS VIVIRÁN PARA SIEMPRE, ¡los condenados no vivirán para siempre, es decir, NO SERÁN INMORTALES!. 
Ese castigo eterno será LA DESTRUCCIÓN ETERNA EN EL FUEGO (Mateo 25:41), donde serán arrojados los malvados, y destruidos en cuerpo y alma (Mateo 10:28). El fuego es eterno, porque procede de Dios, el cual es fuego consumidor, ¡pero no significa de ninguna manera que ese fuego esté ardiendo eternamente!, ya que Sodoma y Gomorra también sufrieron el castigo del FUEGO ETERNO (Judas 7), ¡sin embargo, esas ciudades no siguen ardiendo, sino que fueron DESTRUIDAS y dejaron de existir!. Por lo tanto, el castigo será eterno, porque la DESTRUCCIÓN será ETERNA. 
La doctrina satánica de los sufrimientos eternos no tiene que ver nada con la doctrina bíblica del castigo eterno. El sufrimiento eterno indica VIDA ETERNA en agonía sin fin, sin embargo, el castigo eterno indica DESTRUCCIÓN ETERNA. Ese castigo será ETERNO, porque la DESTRUCCIÓN será eterna, ¡¡ellos JAMÁS volverán a vivir!!. 
Los católicos papistas y casi todos los protestantes enseñan que los malvados jamás serán destruidos. Ellos suelen decir que la Biblia jamás habla de la destrucción eterna de los malvados. Veamos seguidamente la falsedad de esa doctrina. Aquí doy solo unos cuantos pasajes donde se habla de la futura DESTRUCCIÓN ETERNA de los malvados: 
"Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en el SEÑOR, ellos heredarán la tierra... Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán destruidos... Espera en el SEÑOR, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean
destruidos los pecadores, lo verás... Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será extinguida. (Salmos 37:9, 22, 34, 38). 
Cuando brotan los impíos como la hierba, Y florecen todos los que hacen iniquidad, Es para ser destruidos eternamente (Salmos 92:7). 
Porque el violento será acabado, y el escarnecedor será consumido; serán destruidos todos los que se desvelan para hacer iniquidad" (Isaías 29:20). 
"... tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. " (Apocalipsis 11:18). 
Cada vez estoy más convencido que los papistas y los protestantes que enseñan esa doctrina diabólica de los sufrimientos eternos no creen en la Biblia, sino solamente en las mentiras doctrinales inventadas por los líderes de esas sectas falsas. 
El Mesías no dijo por ninguna parte que los malvados sufrirán eternamente, ya que si ellos sufrieran eternamente tendrían que vivir eternamente. Es evidente que los papistas y los protestantes que enseñan esa perversa y diabólica doctrina de los sufrimientos eternos no creen en esas palabras del CRISTO registradas en Mateo 25:46, ya que él dijo bien clarito que solamente los justos vivirán para siempre, mientras que los otros, es decir, las cabras, irán al castigo eterno, y ese castigo eterno será la destrucción eterna, el castigo será eterno porque la destrucción será eterna y definitiva, éste será el castigo del fuego eterno, el mismo castigo que sufrieron las ciudades de Sodoma y Gomorra, tal como leemos en la epístola de Judas 7, donde se dice que Sodoma y Gomorra fueron puestas de ejemplo sufriendo el castigo del fuego eterno. Esas ciudades fueron destruidas por Dios y dejaron de existir, si el castigo del fuego eterno fuera un sufrimiento eterno entonces esas ciudades seguirían  ardiendo actualmente. ’’ (Las 21 tesis de tito. COM).
Por lo tanto; ya ha quedado bastante claro que el infierno de fuego es una patraña; una horrenda doctrina de demonios infiltrada dentro de la cristiandad apostata a través del catolicismo romano: es por eso que los primeros reformadores no creían en esa fabula. Por ejemplo; el reformador  William Tyndale, cuando discutía con los papistas,  decía lo siguiente:
"Y vosotros, al colocarlos [a los difuntos] en el cielo, en el infierno o en el purgatorio, destruyen los argumentos con que Cristo y Pablo probaron la resurrección.... Y de nuevo, si las almas están en el cielo, díganme entonces por qué no están en tan buen caso como los ángeles están? Y entonces, ¿qué causa tiene entonces la resurrección?" - William Tyndale, Una Respuesta al Diálogo de Sir Tomás Moro (1850 Parker Reimpresión), libro. 4, cap. 4, pp 180, 181.
También el reformador Martin Lutero decía que la doctrina del alma inmortal pertenece al estercolero romano. Leámoslo:
"Sin embargo, yo permito que el Papa establecezca artículos de fe para sí y para sus propios fieles - tales como son: que el pan y el vino son transubstanciados en el sacramento, que la esencia de Dios no genera ni se genera, que el alma es la sustancial forma del cuerpo
humano, que él [el Papa] es el Emperador del Mundo y Rey de los Cielos, la Tierra y de Dios, que el alma es inmortal, y todas estas monstruosidades sin fin en el estercolero romano de decretos - con el fin de que, tal y como su fe es, así pueda ser su evangelio, como también sus fieles, y como su iglesia, y que sus labios puedan tener siempre lechuga adecuada y la tapa puede ser digna de su plato". - Martin Lutero, Assertio Omnium Articulorum Martin Lutheri por Bullam Leonis X . Novissimam Damnatorum. (Afirmación de todos los artículos de Martin Lutero que condenó la última Bula de León X), artículo 27, Edición de Weimar de las Obras de Lutero, vol. 7, pp 131, 132 (una exposición de punto por punto de su posición, por escrito el 01 de diciembre 1520, en respuesta a las peticiones de un tratamiento más completo que el dado en su Adversus Execrabilem Antichristi Bullam, y su más amplia Endchrists Bulle des).   CAPITULO 5: LA FUTURA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS. (PARTE DE ESTE MATERIAL LO HE EXTRAÍDO DE LAS 21 TESIS DE TITO. COM y de los comentarios del foro ‘’cristianos bíblicos Gabito grupos’’.)
 
LA PRIMERA Y SEGUNDA RESURRECCIÓN: 
En la primera resurrección solamente van a participar los santos mártires que pasaron por la gran tribulación, es decir: todos aquellos que murieron siendo perseguidos, atribulados y asesinados por causa de su fe en Cristo; esto es lo que afirma apocalipsis 20: 4-6; Leámoslo:
"Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con EL CRISTO mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y del CRISTO, y reinarán con él mil años." 
Esta primera resurrección antes del milenio solamente la reciben de manera especial aquellos que mueren en la gran tribulación, los que no adoran a la bestia ni a su imagen: estos son los únicos que van a reinal con Cristo en el milenio investidos como reyes y sacerdotes. Esto quiere decir que no todos los cristianos van a participar de la primera resurrección, ni todos van a ser Reyes y sacerdotes. ¿Sobre quienes van a reinal los participantes de la primera resurrección?.
Pues sobre aquellos misericordiosos que  ayudaron a los santos cuando eran perseguidos y atribulados en el gobierno mundial de la bestia, aquellos que salieron sobrevivientes de la destrucción de todos los malvados en la batalla de Armagedón. Estas fueron personas que no
tuvieron el privilegio de recibir plenamente el evangelio, pero son personas nobles y justas a los cuales Cristo les da la oportunidad de entrar en el milenio, pero no como personas inmortales. Estas personas son las ovejas justas descritas en Mateo 25:34-40.   Leámoslo:
»Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento;  necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron;  estuve en la cárcel, y me visitaron.”  Y le contestarán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber?  ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos?  ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?”  El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.”
En este impresionante pasaje Jesús muestra de forma clara que cuando el regrese en gloria va a establecer su trono para juzgar a las naciones. Va a formar tres grupos: las ovejas, las cabras y los hermanos pequeños del Mesías. Las ovejas serán seres humanos misericordiosos, los cuales tuvieron piedad con los hermanos pequeños del Mesías, es decir: los verdaderos cristianos, cuando estos pasaron por sufrimientos y tribulaciones a causa de su fe. Esas “ovejas” les dieron de comer, les dieron de beber, les vistieron, etc., sin embargo, ¡esas “ovejas” no eran cristianos!, porque el pasaje hace una clara diferencia entre esas “ovejas” y los hermanos pequeños del Mesías, es decir, los cristianos perseguidos. En el juicio, el Rey, es decir, el Mesías, dará como recompensa a esa “ovejas” la entrada en el Reino de Dios.
Porque el bien se lo hicieron al propio Mesías, ciertamente al hacer el bien a los hermanos pequeños del Mesías, es como si se lo hubieran hecho al propio Mesías, sin embargo, ellos recibirán la oportunidad de entrar en el milenio porque sencillamente HICIERON EL BIEN a sus semejantes que pasaban por grandes penurias y sufrimientos, y que en esa época serán especialmente los verdaderos cristianos, los cuales serán perseguidos y matados por la bestia (Apocalipsis 13:7). Esas “ovejas” tuvieron misericordia con esos santos de Dios perseguidos, y por tanto recibirán lo mismo de Dios: misericordia; pero aquellos malditos (las cabras) que no tuvieron misericordia con sus semejantes cristianos perseguidos también recibirán juicio sin misericordia. ¨´porque  Juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia’’. Santiago 2:13. Es por esto que en la narración Cristo muestra que esas ovejas estaban sorprendidos, pues no sabían que el bien que le hacían a los hermanos pequeños de Cristo es como si lo hicieran al mismo Cristo: es por eso que ellos preguntaron: ‘’¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber?’’. Un verdadero cristiano esta consiente que debe hacerle el bien al prójimo, y más si el prójimo esta en gran necesidad, por tanto: el verdadero cristiano no tiene que preguntar por el bien que hace.  
¿Cómo Dios juzgará a estas personas que sin conocer el evangelio completamente hicieron lo correcto? Pues por la ley de la conciencia. Esto lo leemos en Romanos 2:14-16.
´´Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus
razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesús, el Mesías, los secretos de los hombres, conforme a mi Buena Noticia." 
Estas personas tendrán la oportunidad de conocer la verdad y ellos son los que van a repoblar la tierra. Los hijos de estas personas no serán inmortales, ya que los inmortales son como los ángeles que ‘’no se casan ni se dan en casamiento’’. Pero recibirán la oportunidad de tener la inmortalidad al ser probados a través del milenio y cuando Satanás sea soltado de su prisión y salga a tentar a las naciones después de los mil años.
Esta tremenda profecía esta en Isaías 65:20, cuando, hablando sobre aquellos habitantes del milenio, dijo lo siguiente: 
«No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito». 
Esta afirmación indica que la vida será prolongada mucho, esto es, que a la edad de 100 años una persona será todavía joven. En el milenio, los creyentes que sean viejos cumplirán sus años, con lo que se quiere decir que alcanzarán una edad muy avanzada. En contraste, la persona que muera de 100 años será porque es pecador, y la muerte le vendrá como un juicio. Al parecer los descendientes de estas personas no recibirán cuerpos inmortales, pero si gozaran de perfecta salud que les permitirá vivir varios siglos. Por tener cuerpos aun sujetos al pecado es que mucho de ellos serán engañados por Satanás cuando este sea soltado de su prisión. Los que no sean engañados recibirán la inmortalidad después que Satanás sea destruido en el lago de fuego. Esto es el juicio ante el gran trono blanco descrito en apocalipsis 20:11,15.
Sobre estos es que los santos resucitados en la primera resurrección van a reinal como ‘’reyes y sacerdotes’’. Ahora debemos preguntarnos: ¿ y los demás cristianos; cuándo resucitarán?. Pues el Apocalipsis dice bien claro que ellos resucitarán CUANDO SE CUMPLAN LOS MIL AÑOS:
 "los demás no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años" (Apocalipsis 20:5).
En esa segunda resurrección va a ver ‘’resurrección de justos e injusto’’: todos los muertos, sin acepción, van a ser regresados a la vida. Es incorrecto afirmar que la segunda resurrección es solamente para los condenados; Apocalipsis 20:11 es un  pasaje que especifica que todos van a comparecer al juicio ante el gran trono blanco donde va a ser abierto el libro de la vida. Esto quiere decir que en ese libro sólo estaba escrito los nombres de los elegidos para vida eterna en el reino de Dios: Y SOLAMENTE AQUELLOS QUE NO ESTÉN ESCRITO EN EL LIBRO DE LA VIDA, SERÁN ARROJADOS AL LAGO DE FUEGO.
‘’Por lo tanto, todos esos cristianos salvos que NO PASARON POR LA TRIBULACIÓN resucitarán en ese entonces y recibirán la vida eterna, y vivirán en el Reino de Dios, PERO NO COMO REYES, sino como SÚBDITOS del Reino de Dios. Por consiguiente, Abraham, Isaac, Jacob y todos los profetas resucitarán cuando se cumplan esos mil años, y ellos entrarán en el Reino de Dios, ¿y por qué ellos no tendrán parte en la primera resurrección ni reinarán con EL CRISTO durante el Milenio?, sencillamente porque ellos no dieron sus vidas por causa de la Palabra de Dios ni por el testimonio de Jesús, ni tampoco sufrieron persecución por no adorar a la bestia ni a su imagen (Apocalipsis 20:4-6). Por lo tanto, ni los patriarcas ni los
profetas forman parte del grupo mencionado en Apocalipsis 20:4-6. Algunos citan el pasaje de 1Pedro 2:9 para decir que todos los cristianos son los reyes y sacerdotes, sin embargo, eso es una interpretación falsa, pues el apóstol Pedro estaba hablando en ese pasaje de los cristianos de su época que estaban pasando por la tribulación a causa de la fe en la persecución provocada, primero por los líderes judíos, y luego por las autoridades romanas, ¡ellos son reyes y sacerdotes!, y ellos tendrán parte en la primera resurrección, para reinar con EL CRISTO durante el Milenio.
En Apocalipsis 1:6 Juan dijo: "Y NOS HIZO REYES Y SACERDOTES PARA DIOS SU PADRE", es decir, Juan se estaba refiriendo a los cristianos DE ESA ÉPOCA, por eso es que él mismo se incluye: "nos hizo reyes y sacerdotes", Y TODOS LOS CRISTIANOS DE ESA ÉPOCA ESTABAN SUFRIENDO LA TRIBULACIÓN EN EL MUNDO, SIENDO PERSEGUIDOS ESPECIALMENTE POR LOS JUDÍOS ANTICRISTIANOS Y POR LOS ROMANOS, tal como dice claramente Apocalipsis 1:9, donde Juan se incluyó entre aquellos cristianos que sufrían LA TRIBULACIÓN por causa de la Palabra de Dios y por el testimonio de Jesús, EL CRISTO, y son precisamente todos estos cristianos que sufrieron la tribulación o persecución los que reinarán con EL CRISTO durante el Milenio (Apocalipsis 6:9, 20:4-6), por eso es que Pablo dijo a los cristianos de esa época que SI SUFRIMOS, TAMBIÉN REINAREMOS CON ÉL (2Timoteo 2:12), lo cual indica, sin ninguna duda, que SOLAMENTE LOS VERDADEROS CRISTIANOS QUE SUFRAN TRIBULACIÓN O SEAN MÁRTIRES SON LOS QUE REINARÁN CON EL CRISTO, ellos son los reyes y sacerdotes que gobernarán sobre la tierra (Apocalipsis 5:10), el resto de cristianos que no sufrieron la tribulación, o que no murieron por causa de la Palabra de Dios y por el testimonio de Jesús NO REINARÁN CON EL CRISTO, sino que serán súbditos del Reino de Dios, ellos vivirán para siempre bajo el gobierno del CRISTO y de sus mártires. Por consiguiente, esa doctrina de que TODOS los cristianos reinarán con EL CRISTO es totalmente falsa, antibíblica, además de completamente ridícula. El propio Cristo dijo bien claro que solamente EL VENCEDOR se sentará con él en su trono, de la misma manera que EL CRISTO venció y se sentó en el trono de su Padre, en el cielo (Apocalipsis 3:21), pero resulta que el Apocalipsis dice bien claro quiénes son los cristianos vencedores: "Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte." (Apocalipsis 12:11). El cristiano vencedor que se sentará en el trono del CRISTO y reinará con él no será cualquier cristiano, sino solamente aquellos que han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte’’. 
Ahora debemos preguntarnos: ¿Cual va a ser la recompensa de los justos y de los injusto cuando los resucitados reciban la sentencia delante del gran trono blanco?. Cristo lo describe con estas impresionantes palabras: 
‘’ y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.’’ Juan 5: 29.
Como podemos ver: los únicos que van a recibir una resurrección de vida son solamente los que  hicieron lo bueno: son los únicos que van a vivir para siempre. Mas los pecadores van a ser condenados a muerte; tal y como se describe en el siguiente pasaje:
‘’ Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en el SEÑOR, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.’’ Salmos 37:9-11.
Vemos que solamente los justos van a vivir para siempre en el reino de Dios: disfrutando para siempre de la presencia del padre celestial, su hijo Jesucristo y todos los ángeles de Dios. En cambio los pecadores van a dejar de existir.
Ese castigo eterno será LA DESTRUCCIÓN ETERNA EN EL FUEGO (Mateo 25:41), donde serán arrojados los malvados, y destruidos en cuerpo y alma (Mateo 10:28). El fuego es eterno, porque procede de Dios, el cual es fuego consumidor, ¡pero no significa de ninguna manera que ese fuego esté ardiendo eternamente!, ya que Sodoma y Gomorra también sufrieron el castigo del FUEGO ETERNO (Judas 7), ¡sin embargo, esas ciudades no siguen ardiendo, sino que fueron DESTRUIDAS y dejaron de existir!. Por lo tanto, el castigo será eterno, porque la DESTRUCCIÓN será ETERNA. Los malvados van a ser lanzados en el lago de fuego donde van a recibir la muerte segunda, es decir: la destrucción eterna donde van a dejar de existir para siempre, esto incluye a Satanás, sus demonios y sus ángeles, los cuales para siempre dejaran de ser.  CAPITULO 6: ALGUNOS PASAJES BÍBLICOS QUE LOS APOSTATAS INFERNISTAS USAN PARA APOYAR SU DOCTRINA DEL ALMA INMORTAL Y LOS SUFRIMIENTOS ETERNOS. ‘’ LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS DE 1PEDRO 3:18-19: Muchos falsos maestros siempre citan el pasaje de 1Pedro 3:18-19, para enseñar la mentira de que los muertos están vivos, sin embargo, este pasaje de Pedro enseña bien claro que el Mesías Jesús, DESPUÉS DE RESUCITAR, fue y predicó a los espíritus encarcelados. Este pasaje no está hablando por ninguna parte del espíritu del hombre, sino de unos ESPÍRITUS ENCARCELADOS. Pues bien, según el Nuevo Testamento, los ÁNGELES son llamados ESPÍRITUS: "Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego." (Hebreos 1:7). 
Por lo tanto, esos espíritus de 1Pedro 3:18-19 no son seres humanos muertos, sino ÁNGELES. Pues bien, vamos ahora quiénes son esos ángeles que están encarcelados, es decir, en prisión: 
"Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al Tártaro los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio" (2Pedro 2:4). 
"Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno." (Judas 1:6-7). 
En esos pasajes Pedro y Judas Tadeo se refieren a lo mismo: a un grupo de ángeles malvados que pecaron, los cuales abandonaron su dignidad y morada en el cielo y descendieron a la tierra para fornicar con las hijas de los hombres (Gen.6:1-3). Dios entonces los castigó y los arrojó a una especie de prisión, llamada el Tártaro, donde están esperando el día del Juicio. 
Cuando Jesús resucitó como espíritu vivificante (1Corintios 15:45), entonces fue a predicar a esos espíritus o ángeles encarcelados. Jesús obviamente les anunció su victoria, su muerte y resurrección. Por lo tanto, el pasaje de Pedro enseña lo que Jesús hizo DESPUÉS DE RESUCITAR, y de ninguna manera se refiere a algo que sucediera antes de la resurrección de Jesús. Cuando Jesús murió, sencillamente dejó de vivir, dejó de existir, y él volvió a vivir únicamente cuando el Dios Padre le resucitó al tercer día (Hechos 2:27-31). 
APOCALIPSIS 6:9-11:
 Los que enseñan la doctrina de la inmortalidad del alma siempre citan ese pasaje. Según ellos, las almas de los santos están en el cielo, incluso los papistas enseñan que esas almas están intercediendo por nosotros ante Dios. ¿Enseña eso ese pasaje del Apocalipsis? ¡De ninguna manera! El texto no dice por ninguna parte que esas almas de los mártires estén en el cielo, sino que Juan las vio DEBAJO DEL ALTAR DE SACRIFICIOS, ¡¡y estar debajo del altar no es estar en el cielo!!. El pasaje es enteramente una PROSOPOPEYA, una figura metafórica, semejante al pasaje del rico y Lázaro. En dicho pasaje se hace hablar a personas muertas, como si estuvieran vivas. Todo el pasaje es una ilustración SIMBÓLICA, pues el Apocalipsis está repleto de ese tipo de ilustraciones simbólicas, no literales. La Biblia dice que el alma (la vida) está en la sangre, porque la sangre es la portadora del oxígeno que nos da la vida: "Pero carne con su vida (alma), que es su sangre, no comeréis" (Génesis 9:4). "Porque la vida (alma) de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida (alma) de toda carne es su sangre" (Levítico 17:14). Por lo tanto, la sangre es sinónimo de vida o alma. Cuando en Apocalipsis 6:9-11 leemos que las almas de los mártires estaban debajo del altar, clamando a Dios, lo que significa sencillamente es que las VIDAS de esos mártires cristianos habían sido sacrificadas, y su sangre (su alma) simbólicamente estaba clamando a Dios pidiendo justicia, de la misma manera que la SANGRE (alma) de Abel CLAMABA A DIOS DESDE LA TIERRA (Génesis 4:10). Interpretar ese pasaje como lo hacen los papistas y los "cristianos evangélicos" es una aberración ridícula y una falsificación del texto sagrado. 
LUCAS 20:38:
 Los papistas y "evangélicos" también citan siempre ese pasaje, para enseñar que los muertos no están muertos, sino vivos en un "más allá". Veamos lo que dijo Jesús: "Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven." En ese pasaje, Jesús NO estaba hablando de la inmortalidad del alma, sino de la RESURRECCIÓN de los muertos: "más los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar..." (Lucas 20:35-37). Por lo tanto, para Dios todos los muertos están vivos, porque él los ve RESUCITADOS. Dios no está sujeto al tiempo como nosotros, sino que él llama a las cosas que no son, como si ya fuesen: "...el cual da vida a los muertos, y llama las cosas
que no son, como si fuesen." (Romanos 4:17). Es únicamente la resurrección lo que hará vivir a los muertos. La doctrina de la inmortalidad del alma es absolutamente diabólica. Ni Jesús ni sus apóstoles la enseñaron jamás, ya que lo que ellos enseñaron fue la RESURRECCIÓN de los muertos. 
2Corintios 5:8 y Filipenses 1:23:
   Los herejes papistas y "evangélicos" también suelen citar los textos de 2Corintios 5:8 y Filipenses 1:23 para apoyar la doctrina de la inmortalidad del alma, sin embargo, en esos pasaje no se dice por ninguna parte que el alma sea inmortal. Pablo dijo sencillamente que quería librarse de este cuerpo mortal, y estar con el Señor. El deseaba morir (partir), para estar con Jesús, porque Pablo sabía que el siguiente evento después de la muerte es la resurrección. Cuando morimos, nuestro espíritu parte del cuerpo, y es recibido por EL CRISTO (Hechos 7:59), ¡¡pero no somos nosotros los que partimos con EL CRISTO!!, sino que es el ESPÍRITU que Dios puso en nosotros, es decir, LA ENERGÍA que nos da la vida (Juan 6:63)(al perecer toda la vida de ese persona queda como archivo en ese espíritu, pero sin tener conciencia, y es por eso que Dios conoce a todos los muertos). Nosotros partiremos con EL CRISTO únicamente cuando ÉL VENGA, y los suyos sean arrebatados, entonces es cuando estaremos con él (1Tesalonicences 4:17). Si lo santos fueran con el Señor en el momento de la muerte, entonces Pablo jamás habría dicho esas palabras registradas en 1Tesalonicences 4.17. La resurrección es un despertar, y sucede después de la muerte, ¡no en el momento de la muerte!, en otras palabras, entre la muerte y la resurrección pueden pasar miles de años. Por lo tanto, resumiendo, EL VERDADERO CRISTIANO CREE EN LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE, pero esa vuelta a la vida de los muertos en Jesús ocurrirá CUANDO Jesús VENGA EN GLORIA (1Tesalonicences 4:15-16), entonces este cuerpo corruptible se vestirá de incorrupción, y este cuerpo mortal se vestirá de inmortalidad (1Corintios 15:50-54). Dicho en otras palabras, cuando los cristianos muertos resuciten, el cuerpo corruptible DESAPARECERÁ DE LOS SEPULCROS, y será transformado en un nuevo cuerpo glorioso e incorruptible (Filipenses 3:2021). 
LA TRANSFIGURACIÓN DEL MESIAS Y LA APARICIÓN DE MOISÉS Y ELÍAS:
En Mateo 17:1-7 leemos le relato de la transfiguración del Mesías y la aparición de Elías y Moisés. Muchos ignoran que este suceso fue sencillamente una V.P.A. es decir, una VISIÓN PROFÉTICA ANTICIPADA, pues eso es lo que fue, el propio Mesías dijo bien claro que se trataba de una VISIÓN: 
"Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos." (Mateo 17:19). 
Ese tipo de visión entra en el mismo grupo de visiones proféticas anticipadas que Juan tuvo en el Apocalipsis, donde él vio hechos que sucederán en el futuro, como si estuvieran ocurriendo en el presente, o ya hubieran ocurrido en el pasado, es decir, Juan simplemente estaba viendo el futuro como si lo estuviera viendo en una gran pantalla de cine. Lo mismo sucedió con la visión de la transfiguración, los apóstoles estaban viendo una visión profética anticipada del futuro REINO DE DIOS EN LA TIERRA, cuando Moisés y Elías estén resucitados y en compañía del Mesías glorificado, este pasaje no tiene que ver absolutamente nada con la doctrina
satánica de la inmortalidad del alma, simplemente fue una VISIÓN PROFÉTICA ANTICIPADA (V.P.A.). 
EL LADRÓN ARREPENTIDO:
  Los que enseñan la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma siempre citan siempre el pasaje de Lucas 23:43, referente al ladrón arrepentido para apoyar su doctrina. 
Hagamos un análisis sencillo de esas palabras de Jesús registradas en Lucas 23:43. Jesús estaba crucificado, y uno de los ladrones que estaba crucificado junto a Jesús le dijo al otro ladrón: "Nosotros a la verdad justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; más éste [Jesús] ningún mal hizo." (verso 41). 
Luego, volviéndose a Jesús, le dijo: "Acuérdate de mí CUANDO VENGAS EN TU REINO" (verso 42). Observe que el ladrón arrepentido no le pidió a Jesús que se acordara de él cuando su alma se fuera al cielo, sino que se acordara de él cuando Jesús VINIERA en su reino, es decir, cuando REGRESARA A LA TIERRA CON GRAN PODER Y GLORIA. ¡¡El ladrón arrepentido CREYÓ EN LA FUTURA VENIDA GLORIOSA DEL MESÍAS PARA REINAR!!. El ladrón arrepentido, como buen judío que era, no creía en la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma. El creyó las palabras de Jesús, y en su promesa de regreso a la tierra para reinar. Este personaje seguro que había escuchado en otras ocasiones los discursos de Jesús, y le había oído hablar de la futura venida gloriosa del Hijo del hombre para reinar. 
Esa petición del arrepentido ladrón a Jesús implica lo siguiente: 
1. Para el ladrón arrepentido Jesús era un rey, pero que aun o había recibido el reino, porque dice que se acuerde de él cuando venga en su REINO. 2. En algún tiempo futuro Jesús vendrá en su reino. 3. Cuando Jesús venga en la gloria de su reino, entonces se acordará del ladrón arrepentido, y lo devolverá a la vida, es decir, el arrepentido ladrón también creyó que, cuando Jesús venga en gloria, le RESUCITARÁ. 
Veamos ahora la respuesta de Jesús. La traducción literal del texto griego de Lucas 23:43 es la siguiente: "DE CIERTO TE DIGO HOY CONMIGO ESTARÁS EN EL PARAÍSO". Esta es la verdadera traducción. La palabra "que" no aparece en el texto griego, sino que fue añadida por los traductores de la cristiandad; el texto griego tampoco tiene comas ni puntos. 
Jesús estaba usando la palabra "hoy" de la misma forma que se utiliza en muchas partes de las Escrituras del Antiguo Pacto, con el fin de reforzar una afirmación anterior. Veamos los siguientes tres ejemplos bíblicos: "Yo pongo HOY por testigos al cielo y a la tierra... Aprende pues, HOY, y reflexiona en tu corazón... Guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando HOY..." (Deuteronomio 4:26, 39, 40). Declarar algo "hoy" equivalía a hacer una afirmación solemne y con autoridad, y de una certeza total. Por lo tanto, cuando Jesús dijo al ladrón arrepentido "DE CIERTO TE DIGO HOY, CONMIGO ESTARÁS EN EL PARAÍSO", de ninguna manera le estaba diciendo que ese mismo día estaría con él en el Paraíso, sino que en ese mismo día le estaba asegurando solemnemente que estaría con él en el Paraíso, ¡en tiempo futuro! Por lo tanto, el ladrón arrepentido podía tener la completa seguridad de que estaría con Jesús en el Paraíso, PERO NO CUANDO MURIERA, sino cuando Jesús VINIERA EN SU REINO. Jesús no fue al cielo (el Paraíso) cuando murió, porque después de resucitar él dijo a María
Magdalena que AUN NO HABÍA SUBIDO AL PADRE (Juan.20:17), y el Padre está en el CIELO (Mateo 6:9). Jesús cuando murió fue al SEPULCRO, al reino de los muertos, es decir, al HADES, así lo dijo el propio Jesús: "Estará el Hijo del Hombre EN EL CORAZÓN DE LA TIERRA tres días y tres noches" (Mateo 12:40). 
JUDAS 7:
Algunos papistas suelen enseñar que en Judas 7 el “castigo del fuego eterno” no se está refiriendo al fuego que descendió del cielo y destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra, según ellos ese fuego eterno es el lago de fuego. Veamos la falsedad de esa doctrina: 
La interpretación que esos papistas dan de Judas 7 es más falsa que Judas, es una burda mentira, ya que en ese pasaje se está haciendo referencia bien clarito al FUEGO QUE DESCENDIÓ DEL CIELO y destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra, es decir, el pasaje no se refiere de ninguna manera a la Gehenna. Pues bien, el apóstol Judas dijo bien clarito que ese fuego eterno arrasó esas ciudades, las cuales ya no existen, y esto SIRVIÓ DE EJEMPLO DE LO QUE DIOS HARÁ CON TODOS LOS MALVADOS, por lo tanto, los malvados también serán destruidos por el fuego, y dejarán de existir. Por cierto, el pasaje dice "castigo del fuego eterno", refiriéndose al fuego que descendió del cielo y arrasó esas ciudades, pero si el castigo del fuego eterno fuera un sufrimiento eterno, entonces resulta que esas ciudades aun seguirían ardiendo, y sus habitantes maricones se estarían quemando aun, pero sin ser jamás destruidos 
Los condenados serán ATORMENTADOS CON FUEGO Y AZUFRE (Apocalipsis 14:9-11), ellos serán atormentados en diferentes grados, conforme a sus obras, y seguidamente serán DESTRUIDOS en cuerpo y alma (Mateo 10:28), cuando alguien es quemado en el fuego, es atormentado con mucho dolor, hasta que es reducido a cenizas y deja de existir, lo mismo hará Dios con todos los malvados (Malaquías 4:1-3). Sin embargo, los papistas y muchos protestantes rechazan esta verdadera enseñanza bíblica, y enseñan esa mentira diabólica y perversa de que Dios dará la vida eterna a los malvados, para hacerlos sufrir eternamente. CONCLUSIÓN:   Ha quedado demostrado, tanto con la biblia y también con la historia, que la doctrina falsa de la inmortalidad del alma y los sufrimientos eternos es una vil mentira inventada por Satanás desde el mismo principio de la humanidad: es la mentira más antigua que el diablo le ha propuesto a la raza humana y es el fundamento del espiritismo. Desde la antigua babel hasta el catolicismo apostata romano esa doctrina perversa ha causado estragos en las mentes engañadas de cristianos que se dejan manipular por lideres corruptos de entendimiento que no se guían a través de los fundamentos bíblicos; sino por supersticiones, fabulas y mandamientos inventados por hombres. Esa doctrina perversa ha opacado el carácter de un Dios bueno transformándolo en un
monstruo sádico, morboso y cruel. Pero la verdad nunca va a quedar oculta para aquellos que anhelan de todo corazón alcanzar en verdadero conocimiento, ya que Dios nunca le va a negar la verdad a quienes se la pidan. Ya es hora de que los verdaderos cristianos salgan de esas iglesias espiritualmente corruptas, atadas a las tradiciones babilónicas de la gran ramera, y esto incluye a las iglesias evangélicas y pentecostales; las cuales, teniendo la apariencia de iglesias cristianas, son las mayores promotoras de esas doctrinas malignas de los tormentos eternos y la inmortalidad del alma (entre otras). Muy pronto Dios mismo en persona va a juzgar todo el sistema babilónico que a través del catolicismo, y demás iglesias que tienen creencias parecidas, han corrompido y contaminado la verdad cristiana. Esta es la orden del señor para los verdaderos creyentes que todavía se encuentran dentro de esas iglesias apostatas: ‘’salid de en medio de ellos, pueblo mío, para que no seáis participes de sus pecados ni los alcancéis parte de sus plagas’’. Apocalipsis 18:4.
AMEN.